Este tipo de medidas sanitarias extremas ya son aplicadas en países como España e Italia, donde los sistemas sanitarios han sido rebasados
Ante la posible saturación de hospitales y carencia de servicios médicos debido a la pandemia del coronavirus Covid-19, las autoridades sanitarias en México le darán prioridad a los pacientes jóvenes sobre los adultos mayores o sobre quienes padecen enfermedades crónicas.
Lo anterior fue revelado en el documento conocido como Guía Bioética de Asignación de Recursos de Medicina Crítica, realizada por el Consejo de Salubridad General.
Esta Guía se empezará a aplicar solamente en caso de que sea rebasada la capacidad de cuidados críticos con que cuenta el sistema de salud en México, o cuando ya no se pueda enviar a otros servicios de salud a los pacientes graves que requieren terapia intensiva.
El documento, publicado en el Diario Oficial de la Federación apuntó que, ante dicho problema, se tiene que introducir un principio adicional: salvar la mayor cantidad de lo que se denominó vidas-por-completarse.
“Una vida-por-completarse se deben de entender como aquella que aún no ha pasado por los diferentes estados de desarrollo bio-psico-social humanos (i.e. infancia, adolescencia, edad adulta, vejez)”, se lee en el documento.
En caso de que exista un empate en el puntaje de priorización entre dos o más pacientes el proceso para resolverlo será el siguiente.
“Paciente A de 80 años necesita de un ventilador, paciente B de 20 años necesita de un ventilador. Si paciente A recibe el ventilador ella vivirá 7 años más, si paciente B recibe ventilador ella vivirá 65 años más. Ante dicho problema se tiene que introducir un principio adicional: salvar la mayor cantidad vidas-por-completarse”.
De esta manera, prosigue, se descartan dos criterios que antes se tomaban en cuenta: darle prioridad al paciente que solicita primero el servicio o al paciente que tiene mayor “necesidad médica”.
“Los pacientes que tienen mayor probabilidad de sobrevivir con la ayuda de la medicina crítica son priorizados sobre los pacientes que tienen menor probabilidad de sobrevivir”.
Así, quienes padecen enfermedades crónicas son relegados en relación con los pacientes jóvenes que no tienen estos padecimientos, los cuales menguan la calidad y la duración de vida.
En su documento, el CSG advierte que en la asignación de estos “recursos escasos” de medicina crítica no se debe tomar en cuenta la “afiliación política, religión, ser cabeza de familia, valor social percibido, nacionalidad o estatus migratorio, género, raza, preferencia sexual, discapacidad”.
Este tipo de medidas sanitarias extremas ya son aplicadas en países como España e Italia, donde los sistemas sanitarios han sido rebasados.
El CSG también plantea otro dilema ético que se puede presentar: qué hacer cuando hay dos pacientes que, por sus condiciones, merecen igual atención médica, dándose un “empate”.
En tal caso, la Guía Bioética recomienda que la decisión debe “tomarse al azar”, por ejemplo, “lanzando una moneda” al aire.
Y señala que el llamado “triaje”, que es la selección y clasificación de los pacientes que serán atendidos, debe ser realizado por un “equipo de triaje”, conformado en cada hospital.
Este equipo de triaje, debe estar integrado –dice la guía– por tres miembros: un oficial, un segundo oficial y un administrador.
Y aclara que, aparte de seleccionar a los pacientes que recibirán atención médica y descartar a quienes no la recibirán, los equipos de triaje, sobre todo el oficial, tienen como objetivo “reducir la angustia moral” que recae sobre el personal médico al tratar a los pacientes con Covid-19. Esta angustia se “exacerba por el número de pacientes críticos que un médico trata durante una emergencia”.
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