A pesar de las advertencias, en la India muchas personas ignoraron el riesgo y participaron en los rituales acuáticos relacionados con una festividad religiosa
Al menos 46 personas, entre ellas 37 niños, perdieron la vida ahogadas en el estado de Bihar, India, durante la celebración de la festividad hindú Jitiya Parv, informó un alto cargo del gobierno local.
Las víctimas se ahogaron mientras realizaban baños rituales en ríos y estanques que se desbordaron debido a las recientes inundaciones provocadas por el monzón.
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El Departamento de Gestión de Desastres de Bihar explicó que, a pesar de las advertencias sobre los peligros del nivel del agua, muchas personas ignoraron el riesgo y participaron en los rituales acuáticos. Los ahogamientos ocurrieron en 15 distritos entre el martes y el miércoles.
Jitiya Parv es una celebración hindú donde las madres ayunan y realizan rituales en honor al bienestar de sus hijos. Sin embargo, las intensas lluvias y el aumento del nivel de los ríos convirtieron esta devoción en tragedia.
Las autoridades aún buscan los cuerpos de tres personas desaparecidas, y el número total de fallecidos podría aumentar.
Precedentes trágicos
Este no es el primer accidente trágico en festividades religiosas en India. En julio de 2024, más de 120 personas murieron en una estampida en Uttar Pradesh, donde más de 250,000 personas se habían congregado para escuchar a un famoso predicador hindú. Este fue el accidente más grave de este tipo en India en la última década.
Las celebraciones religiosas en India a menudo reúnen a millones de personas, lo que incrementa el riesgo de accidentes cuando las multitudes superan la capacidad de los organizadores y las medidas de seguridad son inadecuadas.
Las inundaciones y deslizamientos de tierra son comunes en India durante la temporada del monzón, que ocurre entre julio y septiembre.
Cada año, cientos de personas pierden la vida debido a estos fenómenos. Los científicos advierten que el cambio climático está empeorando la frecuencia e intensidad de estos desastres, lo que hace que las festividades religiosas y otras reuniones masivas sean cada vez más peligrosas.