Afectaciones en el lenguaje como la tartamudez, pueden ser corregidas con diversos ejercicios que permitan un habla fluida
Como seres sociales, la comunicación entre los humanos es uno de los ejes principales para poder desarrollarnos saludablemente. Si una persona no logra expresar sus necesidades, pensamientos y sentires, difícilmente podrá integrarse a un grupo, lo que provocará aislamiento, depresión y hasta suicidio.
Lejos de los estereotipos que señalan que una persona con problemas del habla es alguien relegado o digno de parodiarse, lo cierto es que afectaciones en el lenguaje como la tartamudez pueden ser corregidas brindando a quienes la padecen una mejor calidad de vida.
De manera definitoria, la tartamudez es un trastorno del habla que consiste en la alteración del ritmo y la fluidez verbal, y se caracteriza por repeticiones indeseadas de sílabas, palabras o frases, acompañadas de interrupciones espasmódicas de la conversación.
Estas “trabas” en la interlocución producen angustia y frustración entre quienes lo padecen ya que en ocasiones son difíciles o casi imposibles de controlar, generando cambios en el carácter de las personas, quienes se vuelven iracundos y tímidos.
Aunque existen muchos estudios al respecto, aún no se ha descubierto el origen de esta afección, sin embargo se sabe que tiene una mayor incidencia en los varones, quienes la padecen hasta cuatro veces más que las mujeres.
Los problemas de tartamudez generalmente se manifiestan entre los tres y los seis años, y en la mayoría de los casos puede ser corregible; aunque este padecimiento también puede presentarse en la edad adulta, la cual suele estar relacionada con un acontecimiento traumático o una lesión en el sistema nervioso.
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Especialistas del habla han desarrollado diversas estrategias y ejercicios que pueden ayudar a una persona que sufre tartamudez a mejorar la forma de pronunciar y articular las palabras, y aunque es necesaria una valoración presencial para poder dar un diagnóstico sobre el tipo y severidad de este problema, con estas rutinas caseras se puede ayudar a quienes lo padecen.
1. Relajación
El objetivo de a relajación es que el niño o el adulto tome consciencia de lo que significa estar o no relajado. Esto porque a mayor tensión muscular, mayor problema de fluidez para mover labios, mejillas y lengua, lo que ocasiona trabas.
Uno de los métodos más utilizados para relajar el tono muscular es el llamado Método de Jacobson, que consiste en ir tensando poco a poco desde los dedos de los pies todo el cuerpo paulatina y concientemente, es decir, los dedos de los pies, luego los pies, subir por los gemelos, los muslos, etcétera hasta llegar a la cabeza.
De esta forma el paciente debe mantener la tensión en todo su cuerpo y soltarlo en cuanto note que está completamente tenso, desde los dedos de los pies hasta la cabeza, incluyendo la boca.
2. Respiración
Controlar y dominar la coordinación fono-respiratoria, es vital para todas aquellas personas que tienen problemas de lenguaje, esto porque la respiración es un proceso muy importante en la fonación y las personas con tartamudez cortan el habla por una mala respiración.
La respiración más adecuada es la costo-abdominal o espiración completa ya que en ella intervienen el diafragma, la musculatura abdominal y las costillas.
La respiración se trabaja acostado y colocando sobre el abdomen un libro pesado para que pueda observar el subir y bajar del diafragma.
Cuando el paciente controle una respiración fluida y completa puede pasar a practicar la respiración con el habla.
3. Ritmo
Las personas con problemas de tartamudez deben de ser alentados en todo momento a corregir la forma en que enuncian las palabras; no obstante, esta forma de corrección debe de realizarse sin invasión a la personalidad del paciente.
Para ello es importante entablar conversaciones con frases cortas, con más prosodia y control. Además de siempre dejar tiempo al paciente para que exprese lo que piensa, sin prisas ni agobios
Para trabajar en el ritmo en los pacientes se puede alargar las vocales de las palabras ya sea en posición inicial, media o final; y gesticular con más fuerza cada sílaba sin caer en la exageración, esto para que de manera natural se pueda facilitar la fluidez verbal .
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NCV