Ésta no es la primera vez que algunas personas buscan atacar a nuestras Fuerzas Armadas y recientemente se han sumado otras que insisten en señalar que violan derechos humanos o que pretenden la militarización del país
El pasado viernes sucedió un lamentable evento cuando explotó una toma clandestina de combustible en el municipio de Tlahuelilpan, Hidalgo, causando la muerte de 91 personas (hasta el momento), más un número considerable de heridos. Algunas personas han utilizado este trágico suceso para criticar la labor de nuestras Fuerzas Armadas, aduciendo que era su responsabilidad evitar que esto ocurriera y señalándolos como responsables. Estas voces buscan sacar raja política de la tragedia, lo cual es una verdadera vileza.
En los videos que circulan del suceso, se puede constatar que los militares previenen a la gente sobre una posible explosión y hacen un llamado para que eviten el robo, en cambio los pobladores agreden y retan a los militares. Desafortunadamente, éste es un hecho muy recurrente. Recordemos que hace apenas unos días, en Santa Ana Ahuehuepan, Hidalgo, tres militares fueron retenidos, golpeados y amenazados cuando se encontraban realizando un operativo para detener a huachicoleros. Sin embargo, de este suceso nadie hizo defensa alguna de los militares que sufrieron la agresión.
Ésta no es la primera vez que algunas personas buscan atacar a nuestras Fuerzas Armadas y no debemos permitirlo. Es de canallas utilizar una tragedia como la recién ocurrida para atacar a una institución que, si por algo se ha caracterizado, es por ayudar siempre a la población. Basta ver las actividades que realizan todos los días, ayudando a la gente en los desastres naturales con el Plan DN-III-E, proporcionando seguridad a las instalaciones estratégicas del país o participando activamente en el combate al crimen organizado, aUn sin contar con un marco legal que les brinde certeza jurídica en su actuar. Midamos su importancia contestando la pregunta: ¿qué es lo que pasaría si, por un día, los militares no estuvieran realizando las labores que hacen cotidianamente?
A estas expresiones en contra de las Fuerzas Armadas, recientemente se han sumado otras que insisten en señalar que violan derechos humanos o que pretenden la militarización del país. Nada más falso. Los críticos no se han dado cuenta que después de llevar 18 años en las calles, el país no se ha militarizado, o que desde 2000 la Sedena cuenta con programas de defensa de los derechos humanos y que desde 2012 ha tenido una reducción del 79% de quejas presentadas ante la CNDH. Por ello, cobró relevancia el respaldo del presidente López Obrador a las Fuerzas Armadas en su conferencia de la mañana siguiente al suceso, al señalar que los militares habían seguido el protocolo y que habían hecho lo correcto.
Las Fuerzas Armadas están al servicio de México y tienen la mejor disposición para ayudar a construir un mejor país, pero no pueden hacerlo solas. Es necesario que haya un cambio profundo en la sociedad. Necesitamos madurar y entender las consecuencias de nuestros actos. Lo que ocurrió en Tlahuelilpan fue un delito, la gente estaba robando combustible y había un altísimo grado de riesgo. No es posible que sigamos culpando al Ejército en una lógica que parece esquizofrénica y que no tiene ningún sentido.
Si algo nos debe de quedar claro con este terrible suceso es que no vale la pena arriesgarse para ganarse unos cuantos pesos. Hay que entender que existen otras alternativas, en vez de realizar actividades ilícitas que ponen en riesgo la vida. Lo que sucedió en Tlahuelilpan fue una lección muy dolorosa, esperemos que nos ayude, como sociedad, a reflexionar que el robo de combustible nos perjudica a todos por igual y que es necesario seguir apoyando con la estrategia del Presidente.
Por Arturo Ávila Anaya
DATA
En el periodo 2013-2017, 163 mil 673 elementos participaron en la aplicación del Plan DN-III-E, durante mil 872 emergencias y beneficiando a cuatro millones 153 mil personas.
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