Los trabajadores de dos cafeterías de Starbucks de Búfalo (Nueva York) se fundieron en un abrazo salpicado de gritos, saltos y lágrimas al conocer el resultado favorable de la votación para constituir el primer sindicato en Estados Unidos de la corporación, y que supone un gran impulso para el movimiento sindical en el país.
Tres cafeterías habían solicitado por separado constituir sindicatos, pero sólo dos, una ubicada en la avenida Elmwood de Búfalo y otra en la cercana localidad de Hamburg, lograron su propósito, aunque los resultados tienen que ser todavía confirmados ante la existencia de varias papeletas que han sido rechazadas por las partes.
Con una gran explosión de júbilo, la veintena de trabajadores presentes rompieron las dos horas de tensión e incertidumbre que se prolongó el cómputo de votos, realizado en directo y vía remota por la Junta Nacional de Relaciones Laborales (NLRB), un organismo estatal que convocó una votación por correo tras aceptar la solicitud de tres cafeterías de asociarse bajo el paraguas del sindicato SEIU.
Jaz Brisack, una de las organizadoras, confiesa que ha estado tan enfocada “en asegurarse de que las tiendas se mantuvieran unidas” frente a los ataques antisindicalistas de la empresa, con 245 mil empleados en sus 9 mil tiendas en Estados Unidos, que todavía no se puede creer que lo hayan conseguido.
“Esperamos que, después de esto, Starbucks deje su campaña de acoso a los sindicatos, pase página y se siente a la mesa de las negociaciones y podamos crear un contrato del que tanto nosotros como Starbucks podamos estar orgullosos”, concluye.
Los votantes escucharon el anuncio en la oficina que han establecido para coordinar sus esfuerzos, donde se concentraron numerosos medios locales e internacionales tras la primera gran nevada del invierno en Búfalo, hoy cubierta de nieve.
“Esta victoria llega después de un largo camino (y) lo que la compañía ha hecho para intentar detenerla en los últimos 90 días, con continuas tácticas de represión sindical, intimidación y vigilancia”, dice a Efe Michelle Eisen, que lleva once años trabajando para Starbucks.
Pero, sobre todo, Eisen destaca que este logro “en un sentido más amplio, se produce después de varios años trabajando con la empresa que era una de las mejores empresas del país para trabajar pero donde las condiciones laborales han empeorado mucho en los últimos cinco años”.
Rechazo de Starbucks
Como se esperaba, Starbucks no ha disimulado su disgusto por los resultados, y en un comunicado ha amenazado contra los supuestos efectos negativos sobre la empresa si este movimiento se generaliza dentro de la corporación.
“Si una parte significativa de nuestros empleados se sindicalizara, nuestros costos laborales podrían aumentar y nuestro negocio podría verse afectado negativamente por otros requisitos y expectativas que podrían aumentar nuestros costos, cambiar la cultura de nuestros empleados, disminuir nuestra flexibilidad e interrumpir nuestro negocio”, dijo.
Además agregó que estos esfuerzos de organización sindical “podrían tener un impacto negativo en cómo se percibe nuestra marca y tener efectos adversos en nuestro negocio, incluidos nuestros resultados financieros”.
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EDFM