Sebastián Piñera se mostró confiado en ganar la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Chile, prevista para el 17 de diciembre, tras obtener el 36.62 por ciento de los votos en los comicios de ayer
El exmandatario conservador Sebastián Piñera definirá la presidencia de Chile con su rival de centro izquierda oficialista Alejandro Guillier el próximo mes en una segunda vuelta, dijo el domingo la autoridad electoral tras la primera ronda electoral.
Piñera lograba un 36.63 por ciento de los votos -menos de lo esperado- frente al 22.66 por ciento de Guillier con casi el 94 por ciento de las mesas escrutadas, según el Servicio Electoral (Servel). La izquierdista Beatriz Sánchez se ubicaba tercera con un sorpresivo 20.33 por ciento de los sufragios.
Los votos obtenidos por Piñera estuvieron muy lejos del 50 por ciento más uno necesario a fin de eludir la segunda vuelta, para la que ambos candidatos deberán sentarse a negociar con otros seis postulantes presidenciales que fragmentaron el voto. “Estamos contentos porque hoy hemos logrado un gran resultado electoral”, dijo Piñera ante sus seguidores. “Ahora se inicia una nueva etapa”, agregó.
Piñera, un multimillonario de 67 años educado en Harvard, ha prometido que corregirá las reformas en marcha de la saliente Michele Bachelet, duplicará el ritmo económico y dejará al mayor productor mundial de cobre a las puertas del desarrollo.
Sánchez, para quien los sondeos pronosticaban un apoyo de menos de dos dígitos, y que está ideológicamente mucho más cerca de Guillier que de Piñera, ahora será clave en las negociaciones hacia la segunda ronda. Pero también hay otros candidatos de derecha minoritarios que pueden ayudar al expresidente.
La elección fue vista como un referéndum a la gestión de Bachelet, que buscó reducir la enorme brecha de ingresos entre ricos y pobres con una serie de reformas, aunque los desacuerdos y una economía casi estancada abrieron fisuras de la coalición gobernante de centroizquierda Nueva Mayoría.
Los resultados del domingo podrían incluso poner en riesgo la supervivencia de la alianza que ha dominado la política chilena por décadas. Pero Bachelet intentó poner paños fríos.
“Necesitamos la unidad de todos los que quieren las transformaciones que el progreso de Chile requiere. Es el momento de la generosidad y unidad”, dijo Bachelet en una declaración desde el palacio presidencial.
Piñera, que gobernó entre 2010 y 2014, ha dicho que el país enfrenta una encrucijada entre insistir en el camino “equivocado” de la Nueva Mayoría u optar por un cambio. Por su parte, Guillier, un periodista y senador de 64 años, es visto como el garante de la continuidad y ha dicho que busca profundizar las reformas de Bachelet e impulsar una nueva Constitución.
En medio de una persistente baja participación, con alrededor de un 46 por ciento del total del padrón electoral, los candidatos deberán desplegar todas sus armas para intentar seducir a un apática y desencantada ciudadanía, en un país donde el voto es voluntario.
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