El término “populismo” no es nuevo, la complejidad en el entendimiento de su aplicación aún prevalece. Su origen data de siglos atrás en la historia mundial y en estos tiempos se ha vuelto común en México
Desde la etimología, proviene del sufijo “ismo” que hace referencia a una doctrina, tendencia o un modo, y al término “pueblo” del latín populus, haciendo referencia a lo relativo al pueblo. Por lo tanto, el movimiento del “populismo” está orientado al favorecimiento del pueblo.
Si buscamos el significado en el diccionario de la Real Academia Española encontramos que se refiere al “populismo” como “Tendencia política que pretende atraerse a las clases populares”.
Su significado es complejo por la manera en que este puede llegar a utilizarse, pues hay quienes afirman que no es una ideología sino una manera estratégica de hacerse notar en el ambiente político.
Cronológicamente el término “populismo” comienza a tener un lugar en la historia en Rusia. Surgió durante los años 1800, justo cuando las ideas que llevarían a la Revolución de octubre de 1917. Un ejemplo son pensadores como Bakunin, Chernyshevsky, Belinski y Herzen quienes realizaron sus aportaciones a favor de la situación de los campesinos, los siervos y los obreros teniendo un impacto mundial.
En Estados Unidos también el movimiento del populismo está asociado a la lucha de los pequeños agricultores desde la década de 1890. Durante este período, el movimiento populista representaba un movimiento revolucionario como ocurría en Rusia.
Entre 1860 y 1900 el país experimentó un vertiginoso desarrollo industrial que transformó la estructura que tenía a mediados de siglo, cuando su industria era más bien incipiente y la economía recaía casi por completo en el sector agrícola, impactando de forma importante.
¿Qué pasa en México?
En principio debemos considerar que independientemente de un partido, la idea fundamental es establecer el sentido de contrariedad al status quo que establece el populismo, pensando en partidos de izquierda o derecha en donde podría verse aplicado, fundamentalmente es el vínculo entre el pueblo y el gobierno, aunque la división puede verse afectada cuando se quiere obtener el control absoluto por medio del movimiento, lo que convertiría a éste en un poder totalitario o bien de dictadura.
Asumir el “populismo” incluso puede llegar a rebasar a las instituciones fundamentado en los intereses del pueblo, eso es cierto, sin embargo, debería ser precisamente el equilibrio del gobierno y el pueblo.
En América Latina, en la historia actual, por las características del movimiento se ha atribuido, por ejemplo, a gobiernos como el de Hugo Chávez, Evo Morales, Néstor Kirchner, incluso a Nicolás Maduro o anteriores como Alberto Fujimori. En México, por ejemplo, Lázaro Cárdenas representó un gobierno revolucionario apegado a las leyes constitucionales de aquel entonces, ¿populismo más tradicional?
En la actualidad, y con la reciente contienda electoral, algunos de los discursos de Andrés Manuel López Obrador se han considerado como “populistas” en precisión a la defensa del interés del pueblo o bien por los actos que han representado su cercanía con el pueblo
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