Lo tentáculos de la cultura de masas tiene para cada necesidad un producto a ofertar, desde lo más fresa o soft hasta lo más torcido de la sexualidad humana
El sexo es una industria, y no cualquier industria, sino una que cada año deja millonarias ganancias en sus diversos rubros. Tanto los legales como los ilegales.
Como negocio, el sexo no implica solamente la prostitución, esta tan sólo es parte de un todo. Incluye también la pornografía en todas sus gamas audiovisuales, las líneas telefónicas eróticas, los sitios web de citas, los bailes desnudistas, los sitios web, exposiciones y convenciones.
Todo aquello que implique una carga o contenido sexual… algunas veces en los terrenos de la ilegalidad, como el turismo sexual que implica explotación sexual infantil y el tráfico de personas, dejando millonarias ganancias cada año a los grupos delictivos responsables.
Un trabajador sexual es esa persona que gana dinero mediante actividades de tipo sexual. Entonces, ¿debemos medir de igual manera a todos? Por ejemplo los actores del cine porno, que mejor dicho deberían llamarse ejecutantes o modelos… la mayoría de las veces llegan a esa profesión por decisión propia, ya sea por satisfacer su parafilia exhibicionista o atraídos por las sumas de dinero que pueden ganar mediante los contratos y demás actividades a desarrollar.
Pero también están quienes llegan a ese oficio por las redes de tráfico de personas y explotación sexual… ya sea por medio de engaños o por secuestro.
La zona roja de la La Merced, en la Ciudad de México es una muestra de historias desgarradoras de mujeres que terminan ejerciendo el llamado oficio más antiguo, obligadas por el hambre, por la miseria y las necesidades que genera… hay las que llegan ahí engañadas por un proxeneta disfrazado de novio que se convierte en su padrote.
Pero lo que me queda muy claro, es que si persiste el sexo como industria -tanto del lado legal como del ilegal- es que hay una demanda.
¿Es lo mismo Jena Jameson que vive a todo lujo administrando su productora de cine porno a la chica indígena que trabaja en La Merced en la Ciudad de México explotada por un proxeneta? ¿O una mujer que su zona de trabajo sea a orilla de carretera o en Calzada de Tlalpan ateniéndose a las inclemencias del clima que una que lo hace en Polanco o Tecamachalco con la llamada prostitución “elegante”? ¡Por supuesto que no!
El común denominador para una persona que se ejerce el sexo como profesión es ser marginado socialmente. En esta tendencia a ver como sucio, como vergonzoso todo lo relacionado al sexo seguimos propiciando una doble moral en este tópico.
Por otro lado hay quien está en contra de que ver al sexo como un negocio pues dice que es genitalizar la sexualidad, pero hasta donde no sería coartar la libertad para ejercer la sexualidad dentro de los ámbitos legales.
Está también ese lado de desfogue para los deseos reprimidos por la doble moral, el qué dirán, las buenas conciencias, etc. A sabiendas de que la mayoría de los sexoservidores de Tlalpan son transgéneros, si te das una vuelta por dicha avenida se puede observar a varios grupos de muchachos que desde sus coches están negociando un servicio con alguna de las “chicas”… las sexshops que el grueso de su clientela son mujeres, amas de casa que compran lo mismo dildos que otros juguetes mas bien sado.
Ahora bien. Viendo el asunto en todo el ámbito que entra en la legalidad también es cierto que como cualquier otra industria es el sustento de mucha gente, de muchas familias.
Cualquier productora o estudio por ejemplo de Los Ángeles, del Valle de San Fernando tiene toda una plantilla de personal, aparte de su elenco o estrellas… lo mismo desde el señor que está en la entrada del estudio controlando entradas y salidas (sin albur), como todos los que integran cualquier staff de producción, los mensajeros, las secretarias, los contadores, etc.
Lo cierto es que para uno si suena todo esto muy extraño… ¿o será que hemos errado el camino y deberíamos abrir un sitio web de contenido sexualmente explícito y así ser una más de esas historias de sujetos que se volvieron millonarios manejando un www así?
Y también es cierto, para todos los gustos hay un producto… en mayor medida para el target masculino, pero las mujeres también tienen sus productos, independientemente de su preferencia sexual.
Lo tentáculos de la cultura de masas tiene para cada necesidad un producto a ofertar, desde lo más fresa o soft hasta lo más torcido de la sexualidad humana.
Por eso, si echamos un vistazo a un puesto de periódicos o una sexshop encontraremos lo mismo revistas de hombres desnudos para mujeres y/o para hombres, de mujeres desnudas para hombres y/o para mujeres, de historietas dirigidas a un target evidentemente populachero, mangas japoneses dirigidos a adolescentes con ciertos ingresos económicos, las novelas “románticas” tipo Bianca para señoras decentes pero que las lees y es pura cachondería… y en el departamento de juguetes sexuales la variedad es sorprendente, realmente sorprendente muchas veces…
Si escribimos la palabra sex en un buscador de internet, apareceran cantidad de sitios web dedicados a satisfacer todos los deseos, apetitos y/o fantasías sexuales. Por eso deja ganancias millonarias cada año.
IPR
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