Las familias son extorsionadas con el dolor de ser separadas de forma violenta de sus mascotas
La delincuencia no se detiene, al grado de involucrar en sus actividades a las mascotas. Prueba de ello es el surgimiento del secuestro de perros.
Las familias son extorsionadas con el dolor de ser separadas de forma violenta de sus mascotas.
María Isabel Salazar se dedica al rescate de mascotas y fue una víctima indirecta de ello. Ella rescató a “Molly”, a quien luego de rehabilitar, dio en adopción a una familia que vive en Cuautitlán Izcalli. Después de dos meses, la perrita fue secuestrada y quien recibió la llamada para pedir el rescate fue María Isabel, ya que su número telefónico y nombre estaba en la placa del animalito.
Le pidieron 20 mil pesos de rescate, al querer denunciar el hecho ante las autoridades, recibió como respuesta una negativa, ya que según le dijeron, el hecho no estaba tipificado.
En este caso, “Molly” nunca fue recuperada.
Este delito se ha incrementado en la Ciudad de México, en colonias consideradas como de clase media y alta, tales como Condesa, Polanco, Del Valle, Nápoles, Narvarte, Lindavista y Lomas de Chapultepec.
Otra de las víctimas es Luis, a quien le robaron a su mascota mientras se encontraba en el interior de una tienda. Luis recibió una llamada de los secuestradores, quienes como en el caso anterior, le pidieron 20 mil pesos para devolvérselo.
La víctima negoció con los delincuentes el rescate y éstos amenazaron con mutilar al animal en caso de no recibir el pago. Finalmente, con el pago de 5 mil pesos pudo recuperarlo.
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