Se estima que unas 750 mil personas podrían querer despedirse de la monarca en la Abadía de Westminster, donde se prevén filas de hasta 8 km
El rey Carlos III se dirigió este lunes por primera vez al Parlamento británico, asegurando “sentir el peso de la Historia” tras la muerte de su madre Isabel II.
Presentándome ante ustedes hoy, no puedo evitar sentir el peso de la Historia que nos rodea y que nos recuerda las tradiciones parlamentarias vitales a las que los miembros de ambas cámaras se dedican con tanto compromiso”, afirmó el monarca, de 73 años, en su primer discurso ante ambas cámaras del parlamento reunidas en Westminster.
El rey Carlos III prometió seguir el ejemplo de “abnegación desinteresada” de su fallecida madre. El príncipe Enrique, nieto de la reina Isabel II, había elogiado antes a la monarca como una “brújula guía” y ensalzó su “inquebrantable gracia y dignidad”.
Cientos de legisladores llenaron la Gran Sala de Westminster, un recinto de mil años de historia, en el Parlamento para un elaborado acto en el que el Parlamento ofreció sus condolencias al rey y el monarca respondió.
Una fanfarria de trompetas sonó a la llegada del rey y su esposa Camila, la reina consorte, a la sala abarrotada.
Carlos dijo a los miembros de la Cámara de los Comunes y la Cámara de los Lores que seguiría el ejemplo de su madre, la fallecida Isabel II, al mantener “los preciosos principios de gobernanza constitucional” que sustentan el sistema político británico.
Rindió homenaje a su madre, y dijo: “Como dijo Shakespeare de la anterior reina Isabel, era un modelo para todos los príncipes vivos”.
El magnífico salón es la parte más antigua del recinto parlamentario, un resto del palacio medieval de Westminster que se alzaba en el lugar. La ceremonia se celebró allí porque no se permite la entrada de los monarcas a la Cámara de los Comunes.
Esa norma se remonta al siglo XVII, cuando el rey Carlos I intentó entrar y arrestar a legisladores. Esa confrontación entre el Parlamento y la corona llevó a una guerra civil que terminó con la decapitación del rey en 1649.
Su madre Isabel II falleció el jueves con 96 años en el castillo de Balmoral, residencia privada de veraneo en Escocia.
Desde entonces, el país se prepara para despedir a la reina en un funeral de Estado que tendrá lugar el 19 de septiembre en la Abadía de Westminster.
De aquí a entonces, británicos y visitantes tendrán varios días para rendirle homenaje. La primera capilla ardiente abrirá sus puertas en Edimburgo a las 16H00 GMT de este lunes tras un oficio religioso en la catedral de Saint Giles.
El domingo, miles de personas recibieron con aplausos y una emoción contenida la llegada de su féretro a la capital escocesa desde Balmoral.
La Compañía Real de Arqueros, guardaespaldas de los monarcas en Escocia, veló toda la noche el féretro en la sala del trono del Palacio de Holyroodhouse.
A las 13H35 GMT, el féretro saldrá en procesión rumbo a Saint Giles, seguido a pie por Carlos III y Camila, y el resto de la familia real en coche.
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Siguiendo la tradición, el rey y sus hermanos deben participar en una vigilia por la difunta reina, que permanecerá en la catedral hasta la tarde del martes para un último adiós de los escoceses.
Después, un avión transportará sus restos a Londres para varios días de homenaje popular y el funeral de Estado, al que seguirá su entierro el mismo día en Windsor.
Se estima que unas 750 mil personas podrían querer despedirse de la monarca en la Abadía de Westminster, donde se prevén filas de hasta 8 km.
Es probable que la cola sea muy larga. Tendrán que esperar muchas horas, a veces de noche y con pocas oportunidades de sentarse”, advirtió el gobierno.
Las exequias de la soberana que vio pasar a 15 primeros ministros -el primero, Winston Churchill, nacido en 1874 y la actual, Liz Truss, nacida en 1975- contará con la presencia de decenas de dignatarios mundiales.
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CAB