Si retrotraemos la vista una década atrás parecería una mentira la situación actual por la que está pasando el FC Barcelona, tanto a nivel económico como deportivo. El cuadro de la ciudad condal está pasando por horas muy bajas, con una deuda astronómica, que condiciona mucho las incorporaciones, renovaciones y ventas que ha acometido el conjunto blaugrana en la última ventana de fichajes.
Ronald Koeman parece no estar contento con la plantilla que tiene a su disposición como así ha manifestado en múltiples ocasiones. Es cierto que las bajas por lesión de Agüero, Dembele y Ansu Fati lastran mucho al equipo en la parcela ofensiva, pero no dista mucho de la realidad la bajada de nivel de la plantilla con respecto al curso anterior.
Las bajas de Messi y Griezmann le han hecho perder enteros al FC Barcelona en las apuestas de la Liga Santander. Atlético de Madrid y Real Madrid parecen ser en estos momentos rivales inalcanzables para los catalanes, que en una competición de más de treinta jornadas no tiene fondo de armario para competir con garantías.
La afición va perdiendo apego poco a poco al Barça. Acostumbrados a la época dorada, en la que eran al rival a batir y consiguieron el sextete en dos ocasiones, en la actualidad ese nivel de la plantilla está años luz de aquellas en las que nombres como Xavi Hernández, Messi, Iniesta o Dani Alves eran de la partida en su etapa de nivel óptimo como futbolistas.
En el deporte, y más en el fútbol profesional no se puede vivir de recuerdos. Esas vivencias pasadas no sirven de nada cuando se vive un momento complicado por el que está pasando el FC Barcelona en estos momentos.
Son muchos los pesos pesados del vestuario que han tenido que acometer de mutuo acuerdo con el club una rebaja de sus emolumentos. Sin esa disminución en las fichas de hombres como Piqué o Alba no podrían haberse inscritos los nuevos fichajes. Unas decisiones críticas que pone a las claras la situación tan controvertida que se vive en el seno del FC Barcelona a todos los niveles.
De esa quema no se salva ni Joan Laporta. El presidente electo se ha encontrado una situación que no esperaba en las arcas del club, aunque bien es cierto que ofreció durante la campaña electoral, promesas que eran prácticamente imposibles de cumplir.
Por ejemplo, la renovación de Messi se vio que era inviable a tenor de las normas dictadas por el organismo competente en cuanto al límite salarial del equipo. Pese a ello, en las elecciones se hizo ver a todos los socios del club que era un hecho que se materializaría en pocos días.
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