El cielo de Toulouse, Francia presenció un día como hoy de hace 50 años, el primer vuelo de un avión comercial supersónico: el Concorde.
El 2 de marzo de 1969 la aeronave hizo su debut con un vuelo, convirtiéndose en un hecho que marcaría la historia de la aviación civil.
El evento se transmitió por televisión y fue el piloto André Turcat quien tomó los controles para hacer que el avión “desfilara” por la pista del aeropuerto de Toulouse, misma en la que el prototipo había sido construido.
Desde el primer momento en que el Concorde remontó el vuelo, se convirtió en el símbolo del orgullo francés y británico, pues ambos países reunieron fuerzas para crear un avión que pudiese ir más rápido que el sonido. La aeronave superó el reto, pues elevó su velocidad a más de dos veces que la del sonido.
Con un giro sobre el río Garonne, a una velocidad reducida y con el tren de aterrizaje fuera, Turcat mostró que el avión podía volar y regresar a tierra. Sin embargo, tres de los cuatro sistemas de aire acondicionado fallaron y la temperatura dentro de la nave aumentó, por lo que el aterrizaje fue impresionante.
Fue el 25 de junio de 2000, al despegar de París, que un neumático del Concorde se perforó, explotó y destrozó, ocasionado que un pedazo cortara un cable del tren de aterrizaje, el cual produjo un incendio en el motor.
El incendio quemó el ala izquierda y provocó que el avión se estrellara contra un hotel cercano al aeropuerto internacional Charles de Gaulle en París.
En el accidente, murieron los 109 ocupantes del Concorde, además de cuatro empleados del hotel. Esto fue el final de la aeronave, que voló por última vez el 26 de noviembre de 2003.
Sólo fueron construidos 20 aviones de este tipo, que fue pionero en el uso de tecnologías aeronáuticas como alas en delta y motores Olympus.
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AFG