El piloto se reportó indispuesto a lo que un pasajero pidió permiso para realizar el vuelo, en menos de un minuto la empresa aceptó por esta razón
Una singular historia se ha difundido en medios británicos, y es que un pasajero de la aerolínea EasyJet que viajaba de vacaciones junto a su familia, tuvo que pilotar esa aeronave hasta su destino debido a que el piloto no se presentó a trabajar.
Los hechos sucedieron el pasado 2 de septiembre, cuando el personal de la compañía aérea comunicó a los pasajeros que el vuelo con ruta Mánchester (Reino Unido) – Alicante (España) tendría que ser retrasado por tiempo indefinido.
Inmediatamente causaron el disgusto de algunos pasajeros, excepto uno, Michael Bradley, quien se presentó en las oficinas de la aerolínea para ofrecer sus servicios de pilotar el avión porque no quería perderse sus ansiadas vacaciones.
En menos de un minuto la aerolínea aceptó debido a que (afortunadamente) Bradley también trabajaba en esa compañía.
Un portavoz de la empresa aclaró que el piloto encargado de manejar la aeronave con destino a Alicante tuvo que tomarse su día libre debido a que la víspera su vuelo sufrió un gran retraso en Francia, lo que influyó negativamente en las condiciones de la tripulación.
Los pasajeros a bordo se extrañaron cuando el hombre, vestido con ropa casual, no se dirigió a su asiento sino a la cabina. Posteriormente explicó a los viajeros que acababa de recibir permiso para volar el avión.
“Estamos agradecidos con uno de nuestros pilotos que viajaba de vacaciones […] y se ofreció para operar el vuelo”, agregó el vocero, destacando que eso cumple con todas las regulaciones áreas, ya que Bradley tenía consigo su respectiva licencia y había descansado el tiempo necesario.
En redes sociales una pasajera compartió su experiencia que pasó del coraje a la sorpresa, pero finalmente todos pudieron realizar su viaje.
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