El ex vocalista de la desaparecida banda Lostprophets fue apuñalado y retenido como rehén por sus compañeros de prisión en una de las cárceles más duras del Reino Unido, la His Majesty’s de Wakefield
El ex cantante de la desaparecida banda Lostprophets, Ian Watkins, quien purga una condena de 29 años en la prisión His Majesty’s de Wakefield por delitos sexuales cometidos en contra de menores de edad, fue utilizado como rehen por sus compañeros y apuñalado varias veces en su celda.
Watkins, de 46 años, fue encontrado apuñalado en su celda por los guardias de la prisión y trasladado de urgencia a un hospital en un “estado que pone en peligro su vida”.
“Se teme que pueda morir. Si sobrevive, habrá tenido mucha suerte”, dijeron fuentes al Mirror.
Tres reclusos tomaron como rehén al ex rockero alrededor de las 9 de la mañana del sábado, donde fue apuñalado varias veces y golpeado antes de que el personal de la prisión lo “liberara” seis horas después, informaron medios.
Watkins fundó Lostprophets en 1997 hasta que la banda se disolvió en 2013, cuando fue condenado a prisión.
El exmúsico había cumplido 10 años de su condena a 29 años de prisión por varios delitos sexuales contra menores, entre ellos intento de violación y agresión sexual a un menor de 13 años, y posesión de pornografía infantil.
Las agresiones sexuales de Watkins se remontan al menos a marzo de 2007, cuando se grabó a sí mismo abusando sexualmente de una joven de 16 años, según los documentos judiciales.
Un año después, Watkins y otra joven de 16 años, que era su admiradora, con quien también practicó actos sexuales mientras ella esnifaba un polvo blanco que se cree que era cocaína, según los documentos.
La exnovia de Watkins, Joanne Mjadzelics, alertó a la policía de que el cantante le había dicho que le había dado cocaína a una niña y que había tocado a la víctima de forma inapropiada, informó The Guardian en 2017.
Formó una relación con dos fans que eran madres de un niño de 10 meses y una “niña pequeña”, respectivamente, y permitieron que Watkins’ abusara de los pequeños entre marzo de 2011 y octubre de 2012.
Los problemas legales de Wakins comenzaron en 2012, cuando fue detenido tres veces por cargos de drogas, que incluían posesión de metanfetaminas y cocaína.
Tras su tercer arresto, la policía registró su propiedad y su ordenador, donde encontraron “pruebas abrumadoras de que era un pedófilo”, según The Guardian.
La prisión donde se encontraba recluido, recibe el sobrenombre de “Mansión de los Monstruos” por los presos de alto perfil y alto riesgo que ha albergado.
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