La lucha se da en un momento crítico para el Partido Acción Nacional.
El PAN enfrenta una disputa interna por su dirigencia, con Adriana Dávila, respaldada por el grupo cercano a Felipe Calderón, y Jorge Romero, aliado de Marko Cortés, compitiendo por el liderazgo.
Esta lucha se da en un momento crítico para el PAN, que ha perdido representatividad y actualmente gobierna solo en cuatro estados y cuenta con 71 diputados federales, un número similar al de principios de los años 80.
En su auge, entre 2000 y 2012, cuando tenía la presidencia con Vicente Fox y Felipe Calderón, el PAN gobernaba en promedio diez estados. Hoy, su presencia se ha reducido a gobernar en Aguascalientes, Chihuahua, Guanajuato y Querétaro, y en algunas capitales estatales gracias a alianzas electorales con el PRI.
Esta elección interna refleja un conflicto que ha persistido por más de una década entre los calderonistas y los aliados de Cortés. Dávila, con el apoyo de exfoxistas y calderonistas, busca recuperar el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PAN, que en el pasado ha sido dominado por otros líderes no afines a Calderón. La última vez que un calderonista perdió una elección interna fue en 2018, lo que provocó la salida de Calderón del partido.
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La Comisión Electoral del PAN, encabezada por Cecilia Romero, ha enfatizado la necesidad de un ambiente de civilidad en estas elecciones internas y ha reportado menos quejas en comparación con procesos anteriores, lo que da esperanza de una aceptación pacífica de los resultados.