Julio Verne fue desde pequeño una persona diferente, y como padre de la literatura científica ha servido de inspiración a muchos exploradores, además de que nos ha hecho imaginar un mundo sin límites
Julio Verne fue desde pequeño una persona diferente. Su pasión por la ciencia y la exploración lo llevaron a escribir los mejores libros de aventuras y ciencia ficción de nuestra historia. Literatura científica como le gustaba llamarlo a él, que ha servido de inspiración a muchos exploradores como el Almirante Byrd o el astronauta Yuri Gagarin, quienes inspirados por Verne se animaron a materializar sus metas.
Cuando unimos la pasión con el conocimiento y el esfuerzo empuja nuestros sueños seremos capaces de ver más allá de nuestra época. Nos adelantaremos en el tiempo y dejaremos una huella que cambiará al mundo. Ejemplos de ello hay muchos. En la ciencia, matemáticas, historia o literatura. Hombres y mujeres que hicieron de este planeta un lugar diferente. Y hoy en su cumpleaños recordaremos a uno de sus mejores representantes.
Nacido en Nantes, Francia, la vida de este escritor fue muy interesante. A los 11 años su padre tuvo que detenerlo cuando se disponía a viajar como asistente en un barco que se dirigía a la India. Fue soldado guardacosta durante la guerra franco-prusiana. Y en sus épocas de estudiante pasó hambre y frío debido a que su familia dejo de darle dinero para gastar en libros y porque había decidido estudiar literatura y no derecho como decía su padre.
Desde muy joven leía y coleccionaba artículos científicos que al tiempo le servirían de inspiración para sus novelas. Logró idear muchos de los inventos que se materializaron décadas después. Aunque en algunos casos el propio Verne declaró que sólo proyectó lo que podrían llegar a ser las máquinas que ya empezaban a desarrollarse. Aun así, gracias a sus obras el mundo pudo conocer los principios de el elevador, los helicópteros, las armas de destrucción masiva, las naves espaciales, los enormes trasatlánticos, submarinos y por supuesto, el Internet.
Un fanático de los viajes. Afición que lo llevó a comprar un pequeño yate con el que viajo por el Mediterráneo, el Reino Unido, el Mar del Norte y el Báltico. Sitios donde echo a volar su imaginación. Irónicamente, esta libertad no se reflejaba en lo familiar, pues tuvo un matrimonio complicado y una relación nada buena con su hijo, al cual metió a un manicomio y a un reformatorio para tratar de quitarle lo rebelde.
Sus obras han sido llevadas al cine en un centenar de películas. Es el segundo autor más traducido luego de Agatha Christie. Y una de las montañas de la cara oculta de la luna, y un vehículo espacial de la Agencia Espacial Europea llevan sus nombre.
El nombre de una persona que nos ha hecho imaginar un mundo en donde el límite es el que tu te pongas enfrente.
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