La violencia contra la mujer y el cambio de roles domésticos y laborales, son dos de las razones principales de los divorcios actuales en México.
En la actualidad las relaciones interpersonales se están transformando y muchas destruyendo porque el machismo sigue imperando. El “amor” mal conceptualizado es ejercido como un arma de poder, en la mayoría de los casos, contra las mujeres.
Aurora, relata que siempre soñó con casarse, tener uno o dos hijos y formar una familia que le durara para toda la vida. La realidad no fue tan simple tras años de matrimonio.
“Era totalmente una relación de poder. Yo no podía comprarme nada que me gustara porque él siempre decía que lo hacía para llamar la atención, para verme bien y gustarle a alguien más. Con el paso del tiempo dejé de arreglarme, usaba ropa holgada y prefería no cuidarme mas que cuando había una fiesta y pues estuviera él… decía yo: para no tener problemas. Cuando nos separamos una de sus razones fue que yo siempre andaba fodonga”, cuenta ella.
Por su parte, Celeste de 32 años, quien mantuvo una relación en unión libre durante 4 años, asegura que el control de su pareja comenzó con mantenerlo informado siempre de dónde estaba.
“Buscaba que yo le estuviera avisando con quién estaba, con quien salía, a qué hora llegaba. Yo no podía dar un movimiento fuera de la casa sin que él lo supiera porque sino era motivo para que se enojara, me gritara y me dijera que yo quien sabe con quién estaba o qué estaba haciendo… llegó un momento en el que me sentía presa en mi propia casa”, afirma.
A su vez Angélica de 36 años, quien estuvo casada 9 años cuenta que: “desde el noviazgo hubo muchos celos… a veces como mujeres cuando nunca has estado en una relación así, el hecho de que te celen de esa manera, tontamente creo que dices: ay que padre… seguramente le importo pero realmente no es así. La duda siempre estaba presente… “
En México, la sociedad sigue definiendo los roles dentro del matrimonio de forma misógina, un hombre es “bueno” si ayuda a su esposa con las labores domésticas o en la crianza de los niños, cuando en realidad estas son actividades compartidas que una pareja debería asumir.
En 2019, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reveló que el 76.4% de las mujeres realizaban las tareas en casa, destacando que dicha participación, es algo que ocurre desde la infancia. El Instituto reveló que en 2018, la labor doméstica que realizaron las niñas mexicanas de entre 5 y 11 años era equivalente a 6 mil 27 pesos de salario, mientras que los niños sólo aportaron 5 mil 628 pesos.
“La gota que derramó el vaso para que me separara fue que tras muchos problemas y haber trabajado todo el día, llegué a mi casa y él estaba muy enojado. Le pregunté qué tenía y me dijo que ¿a qué hora iba a prepararle su spaguetti blanco?… ahí ya no pude más. Él siempre me vio como su sirvienta e incluso me decía que cocinaba muy mal, que debería aprenderle algo a su mamá”, relata Tatiana de 36 años, quien mantuvo un matrimonio durante 2 años.
Con motivo del “Día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer”, el pasado 25 de noviembre, el INEGI dio a conocer que 43.9% de las mujeres en nuestro país, han enfrentado agresiones de su esposo, pareja actual o la última, a lo largo de su relación. De éstas agresiones 66 de 100 mujeres recibieron violencia sexual.
“Algo que me incomodaba demasiado del comportamiento del que era mi esposo, es que a la hora de tener intimidad era demasiado insistente, si yo decía no, como que no importaba mucho y era a fuerza que si… por supuesto no importaban mis necesidades, ni preferencias”, relata Celeste.
En otros casos la violencia se ejerce desde el ámbito económico, cuando la mujer se enfoca únicamente en las labores domésticas.
“Cuando me embarace acordamos que yo me iba a dedicar exclusivamente al cuidado de los niños… cuando yo quise regresar a trabajar era como un tema de molestia, incomodidad y ya después fue una manera de ejercer control con el dinero. Había una manera severa de controlarme a través de lo económico”, narra Angélica.
Actualmente, 5.6% de los matrimonios consolidados en México, asegura haberse conocido por medio de internet. Sin embargo, las redes sociales y el aumento de dispositivos móviles se ha convertido en una herramienta de violencia y control en las parejas.
“La revisión del celular era de cajón… él sabía mis claves y contraseñas y una vez como no le contesté el teléfono y no le mandé una foto de con quiénes estaba, me castigó y me instaló una aplicación para saber siempre mi ubicación en tiempo real”, cuenta Maribel de 38 años, quien sostuvo un matrimonio durante 10 años.
Así, el matrimonio se ha convertido para muchas mujeres en nuestro país, la puerta a una serie de maltratos y abusos que dentro nuestra sociedad son “normales”. Lo que empieza como una historia de amor, muchas veces concluye en violaciones o asesinatos.
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Ana Francys González