Un estudiante de secundaria distribuía droga entre sus compañeros, se creo una fama hasta que verdaderos narcos lo levantaron y le dieron un mensaje
Un joven, de 14 años de edad, vendía drogas en su secundaria y presumía a sus amigos que un cártel trasnacional lo respaldaba. A decir de sus cercanos, el muchacho no era violento, pero la fama que él mismo se había creado creció tanto que llegó a oídos de verdaderos narcos, quienes tomaron cartas en el asunto.
“El Junior”, como le gustaba que le dijeran, era el “bueno” en la alcaldía Tláhuac, especulaban todos. Sin embargo, no tenía ninguna conexión con los narcos. Hasta que un día los verdaderos traficantes lo siguieron y corroboraron que las historias que se conocían al rededor del menor eran mentira, incluso las pequeñas dosis de droga (marihuana y cocaína) que revendía en la secundaria, se las compraba a un conocido.
Aparentemente y a manera de represalia, la tarde del miércoles un comando armado levantó a “El Junior” cuando este salía de la escuela. Lo golpearon y luego lo envolvieron en plástico transparente para empaquetar, le colocaron una bolsa amarilla en la cabeza y lo dejaron con vida en la puerta de su casa.
“Que no se quiera sentir muy v… el hijo de p…”, se leía en el mensaje que tenía en el cuerpo el joven y firmado con las iniciales SP, NK, RF, y CDT.
De acuerdo a las autoridades, este hecho se le adjudica al “Cártel de Tláhuac”.
El hecho ocurrió alrededor de las 18:00 horas y fue observado por varios testigos de la colonia Granjas en el sur de la Ciudad de México, quienes reportaron la situación al 911. Al lugar, 10 minutos después, llegó la patrulla 607-ZZU de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSCCDMX), pero no encontró el bulto, pues los familiares del joven de 14 años lo trasladaron por sus medios al Ministerio Público.
Ahí la víctima explicó lo sucedido, esta versión fue ratificada por el padre del menor, quien aseguró a las autoridades ser un empleado común sin lujos, tampoco relación o nexos con delincuentes.
Dejó en claro que no quería problemas, por lo que luego de corroborar que su hijo sólo estaba policontundido se lo llevó del Ministerio Público, no levantó denuncia y tampoco quiso que el menor declarara.
A pesar de la negativa del padre, la procuraduría local ordenó vigilar el sector e indagar el entorno familiar del joven para evitar que la situación pudiera complicarse en los próximos días.
En el lugar de los hechos no se encontraron cámaras de vigilancia, por lo que se desconoce las características de los agresores.
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