Debe ser una muy buena noticia para la celebración del siglo de vida, que la información vertida es sobre su prolífica labor y no sobre su obituario.
El Doctor Henry (bautizado como Heinz al igual que la mostaza y el catsup) Kissinger efectivamente llegó el pasado 27 del mes de mayo a los cien años de edad.
Brillante como pocos, polémico como el que más, único en su breve desempeño (apenas una década de existencia pública) cambió el panorama internacional del Siglo XX, que trascendió, hasta el XXI.
Sirvió básicamente a dos Presidentes de Los Estados Unidos de Norteamérica en los años setentas.
La reputación de infalibilidad que tiene como aura, es más que justificada.
Es probablemente el Secretario de Estado más trascendente y exitoso desde Metternich -sobre el cual con inverosímil pulcritud- escribió largamente, incluso en su tesis doctoral, en los casi 250 años de historia en la Unión Americana.
Con incandescentes claro obscuros, que incluyen acusaciones de crímenes de lesa humanidad, es por sobre todo una de las mentes que trazó el rumbo del mundo durante su influyente gestión, que alcanzó todo el orbe.
Supongo que se le debe felícitar por su onomástico y obsequiarle algún presente, como lo hicieron magistralmente los intelectuales periodistas españoles don Leopoldo Calvado-Sotelo Ibañez-Martin y don Pedro G. Cuartango, que tan bien lo desnudan en sus espléndidas aportaciones en el ABC de España.
Buena Semana Siempre
Carlos Mora Álvarez
Carlos Mora Álvarez, especialista en comunicación política y temas migratorios