El martes, el joven Salvador Ramos, de 18 años, entró en el colegio Robb Elementary de Uvalde (Texas) y abrió fuego en un aula, matando a 19 niños y dos profesoras.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, defendió este viernes las armas de fuego y consideró “equivocado” centrarse en pedir un mayor control a través de la verificación de los antecedentes penales de sus compradores, tras el tiroteo del martes en un colegio en el estado.
“¿Esperamos que salgan leyes de este crimen devastador? La respuesta es absolutamente sí”, dijo Abbott, quien inmediatamente rechazó que esto vaya a suponer la adopción de medidas para reforzar la verificación de antecedentes para evitar los tiroteos.
Abbott recordó que, “desde que Texas ha sido estado, alguien de 18 años puede comprar un arma larga, un rifle, ¿verdad?”.
“Y desde hace un tiempo, parece que ha sido desde la última década o dos, que hemos tenido tiroteos en escuelas, por lo que durante un siglo y medio la gente de 18 años podía comprar un rifle y no teníamos tiroteos en colegios”, apuntó.
El gobernador republicano indicó que es “posible” que la opinión pública se esté centrando en “lo equivocado”, en concreto la verificación de antecedentes de armas, ya que, según él, no han sido relevantes a la hora de evitar tiroteos en el pasado.
“A cualquiera que sugiera que deberíamos centrarnos en la comprobación de antecedentes en contraposición con la salud mental, le sugiero que está equivocado”, apuntó Abbott, quien agregó que hay que enfocarse en abordar los problemas mentales.
En otro momento de su rueda de prensa, el gobernador anunció una serie de medidas en apoyo a los familiares de los 21 fallecidos en el tiroteo en Uvalde.
“El estado de Texas tiene recursos robustos para garantizar que estas familias que han sido devastadas por este crimen, así como toda la comunidad, recibirán ayuda en todas sus necesidades”, afirmó.
Agregó que un donante anónimo ha entregado 175.000 dólares para “hacerse cargo de todos los costes de las familias afectadas para los servicios funerarios” y apuntó que se ofrecerá atención de salud mental “a estudiantes, profesores, agentes de la ley y todas aquellas personas de la comunidad que lo necesiten”.
Abbott compareció ante los medios tras anunciar que cancelaba su participación en la convención anual de la Asociación Nacional del Rifle (NRA, en inglés), que comenzó hoy en Houston, aunque sí que se mostrará un video pregrabado del gobernador.
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Fórmula láctea
Un alto funcionario de Laboratorios Abbott presentó excusas a los padres que desde hace meses enfrentan la escasez de leche en polvo para bebés, agravada por el cierre de una fábrica del grupo farmacéutico estadunidense, calificado por las autoridades de insalubre.
“Lo sentimos profundamente y nos comprometemos a asegurar que una escasez como esta no se vuelva a repetir”, señaló Christopher Calamari, director ejecutivo de Abbott Nutrition en su audiencia frente a una comisión del Congreso, en Washington.
Calamari subrayó que “tomará tiempo” volver a ganar la confianza de las familias y que la multinacional hace todo a su alcance para resolver la crisis.
Estados Unidos enfrenta desde hace meses una escasez de leche en polvo para bebés por los problemas de aprovisionamiento y de mano de obra ligados a la pandemia de covid-19.
Esa escasez se agravó por el cierre en febrero de una de las fábricas de Abbott en el estado de Michigan, tras un retiro masivo de productos sospechosos de haber causado la muerte de dos menores.
“Francamente los resultados de la inspección (de la fábrica) fueron impactantes”, atestiguó Robert Califf, director de la Agencia estadunidense supervisora de medicamentos y alimentos (FDA).
Califf citó “aguas estancadas en equipos clave que presentan una potencial contaminación bacteriana”, así como goteras en el techo e incluso una higiene básica como el lavado de manos, insuficiente.
De acuerdo con el jefe de la FDA, sus equipos concluyeron que la empresa tenía un débil esquema de seguridad para la producción de un “producto esencial” y vital para las personas más valiosas. Sin embargo, el directivo de la empresa sostuvo que seguían “creyendo que no hay ninguna prueba concluyente para relacionar nuestros productos” con las enfermedades infantiles y los fallecimientos por la bacteria cronobacter sakazakii, encontrada en la fábrica de Abbott en Sturgis, Michigan.
El ejecutivo insistió en que las muestras positivas de esta bacteria “no provenían de zonas en contacto directo” con la leche para bebés. La fábrica de Sturgis es una de las más grandes para la producción de leche en polvo en Estados Unidos, incluidos los productos especializados para niños que sufren ciertas condiciones metabólicas o alérgicas.
La agencia estadunidense supervisora de medicamentos y alimentos (FDA, por su sigla en inglés) indicó que llevó a cabo 24 visitas a la planta de Sturgis, la última de ellas el 18 de marzo.
“Sabíamos que el cese de actividades de la fábrica crearía problemas de aprovisionamiento, pero no teníamos otra opción (que pedir el cierre de la fábrica) debido a las condiciones insalubres”, explicó Robert Califf
Califf, reconoció que la investigación había demorado en comenzar. Pero también culpó de los problemas a la pandemia de covid-19. La FDA no pudo comenzar su investigación antes de fines de enero ya que algunos empleados de Abbott fueron diagnosticados con covid-19.
El desarrollo de la investigación de la FDA fue “muy lento” y hubo una falta de coordinación. Pero el responsable de la FDA destacó que no hubo “retardo intencional”.
La crisis ha sido de tal magnitud que el presidente estadunidense, Joe Biden, anunció la semana pasada que la puesta en marcha de un puente aéreo y recurrir a una ley de tiempos de la guerra fría para importar el producto desde otros países. Una primera importación llegó el domingo pasado con 31 toneladas del producto para bebés.
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CAB