El periodista tijuanense, Alfredo Álvarez, analiza la tendencia del fentanilo en la región fronteriza del país, además de la ignorancia de las autoridades federales.
Los recientes acontecimientos en torno al presidente Andrés Manuel López Obrador y el fentanilo me han dejado asombrado. Sinceramente no sé si realmente desconoce el caso o finge, pero en cualquiera de las dos, es inaceptable.
La crisis del fentanilo es vieja en Baja California, basta ir a los archivos disponibles en redes y comprobarás que he venido hablando de ello desde hace años. Les comparto algunos recuentos.
En el año 2015 publiqué en radio la alarmante declaración de funcionarios de centros de atención a jóvenes adictos en Baja California.
Dijeron que la marihuana había dejado de ser la primera droga ilegal de la mayoría de los adolescentes, ahora era la metanfetamina o “Crystal”.
Pero además, les asustaba ver la creciente aparición de cuadros similares al de heroinómanos pero “potenciados”. Ya sabían del fentanilo. Muchos han muerto, perdiéndose en la negra y nunca atendida lista de muertes por opioides, pero sin signos de alarma porque siguieron creyendo o al menos asumiendo que se trataba de heroína.
Otras alarmas: investigadores de Estados Unidos habían seguido rastros de vendedores de drogas a domicilio en San Diego. Durante una redada en 2016, tal como entregaban pizzas también llevaban crack, cocaína, éxtasis, oxy, meth, Special K o Fentanilo.
Siguiendo la huella del Special K (Ketamina), detectaron que fácilmente se compraba en graneros de Tijuana, ya que se usa tanto en animales como humanos.
La investigación llegó al 2020, con episodios como el aseguramiento de fentanilo cuyo rastro llevó hasta lotes que habían sido entregados al sector salud de Baja California.
Desde la época de Kiko Vega y con más descaro con Jaime Bonilla, los narcóticos fueron “sacados” con recetas falsas durante años para venderse al crimen organizado.
Hasta éste punto, ya se había pasado por el cambio de norma que prohibía el uso de pseudoefedrina en México bajo presiones de EEUU, los antigripales dejaron de usar el precursor del “Crystal”.
Dos cosas sucedieron con eso: Iniciaron el traslado de los químicos en estado puro desde Asia y voltearon hacia otro fármaco opioide que cobraba fuerza y era sencillo conseguir, el fentanilo.
La explosiva reacción a la sobredosis de fentanilo traicionó incluso a médicos, muchos son usuarios de fármacos como calmantes o enervantes, y hay galenos “prendidos” con ciertos activos, versión expuesta por profesionales de la salud en recuperación en AA o anexos para adictos.
Incluso, se sabe de un profesional que murió por sobredosis en el Hospital General de Rosarito, dentro de un baño.
En la práctica privada han pasado tragedias en hospitales y clínicas.
Imposible que con estos casos relatados, expuestos en medios locales y hasta internacionales, jamás se haya atendido el asunto como un problema de salud pública.
El narco en Sonora disputa el control del fentanilo, por ello tanta violencia.
México consume, distribuye y se corrompe con fentanilo desde hace años. Así que las palabras de AMLO cuando llegó la presión de EEUU son inaceptables.
*- El autor es periodista con 27 años de carrera, ha encabezado noticieros en la televisión internacional; ganó el premio Nacional de Periodismo.