Dillinger escapó en el auto de la sheriff Lillian Holley, un flamante Ford V8. La prensa se burló de esa acción, por lo que el gángter incrementó su fama
El 22 de julio de 1934, el FBI abate al enemigo público número uno de Estados Unidos, Jhon Dillinger; le disparan por la espalda. Pero, ¿cómo creció su fama? Es una historia digna de leer.
Sus inicios en el mundo criminal comenzaron una noche de 1924, un delincuente ocasional y amigo suyo, lo convenció para que colaborase en el asalto a un conocido tendero de la localida donde vivía. La policía los capturó después del asalto.
Durante su estancia en la cárcel aprendió de sus compañeros los trucos para robar bancos. Junto a varios de ellos, planeó algunos atracos, sobre todo cuando se reunían durante sus labores en la lavandería de la Prisión del Estado de Indiana. Algunos miembros de su primera banda fueron Harry Pierpont, Russell Clark, Charles Makley, Walter Dietrich y John “Red” Hamilton.
Sus mayores delitos se cometieron a partir de mayo de 1933, cuando salió en libertad condicional después de cumplir ocho años y medio de condena. Al poco tiempo, robó un banco en Bluffton, Ohio. La policía lo arrestó el 22 de septiembre, y lo internaron en la cárcel estatal de Ohio, a la espera de juicio.
Primer escape de la carcel
Sin embargo, cuatro días después, algunos amigos de Dillinger (Harry Pierpont, Russell Clark, Charles Makley y Harry Copeland) que habían escapado de la Prisión del Estado de Indiana, se presentaron vistiendo uniformes ante el sheriff Jessie Sarber de la prisión de Lima, haciéndose pasar por agentes que querían llevar al preso de regreso al penal de Indiana. El sheriff no les creyó y cuando les pidió sus identificaciones, uno de los criminales sacó su arma y le disparó. Luego tomaron las llaves, sacaron a Dillinger de su celda y encerraron a la esposa del sheriff en otra, antes de huir.
Mientras tanto, la banda de Dillinger robó varios bancos. En estos atracos había muy pocos muertos –en algunos casos ninguno- y el público que leía las noticias en los periódicos, molestos con los banqueros por los efectos recesivos de la Gran Depresión, comenzó a idealizar a Dillinger como un ladrón justiciero y con notable estilo personal.
Incluso los números de la banda parecieran ser discretos en cuanto a la violencia utilizada en sus robos, a pesar de que después del rescate de su líder, sustrajeron todo un arsenal de armas de la policía de Auburn en Indiana.
Incremento de violencia
Luego, el 14 de diciembre de 1933, John Hamilton, uno de sus miembros, disparó y mató a un agente en Chicago. Un mes después, durante un tiroteo, la banda mató al oficial de policía William O’Malley en el robo al Primer Banco Nacional Del Este De Chicago, en Indiana.
La banda se trasladó posteriormente a Florida, y subsecuentemente, a Tucson, Arizona. Allí, el 23 de enero de 1934, ocurrió un incendio en el hotel Historic Hotel Congress donde Clark y Makley se escondían utilizando nombres falsos. Los bomberos reconocieron a los hombres por sus fotografías, y un policía local los arrestó, al igual que a Dillinger y a Harry Pierpont. Se les encontraron varias armas y más de 25.000 dólares en efectivo, que representaban una fortuna para la época, parte del robo al Banco en Chicago.
Cárcel a prueba de fuga
A Dillinger lo llevaron a la cárcel de Crown Point, Indiana, a la espera de su juicio por el asesinato del policía O’Malley, muerto en el tiroteo del robo al Banco Este de Chicago. Las autoridades alardearon mucho acerca de que la prisión era a prueba de fugas, pero el 3 de marzo de 1934, Dillinger utilizó uno de sus trucos para escapar. Talló un objeto con forma de pistola en un material aún sin especificar —posiblemente una barra de jabón o un pedazo de madera— y amedrentó a los guardias de la prisión para que le abrieran la celda y poder huir, después de encerrar a sus custodios. Este hecho le facilitó más el camino a la fama.
Después de avergonzar a las autoridades, Dillinger escapó en el auto de la sheriff Lillian Holley, un nuevo y flamante Ford V8. La prensa se burló de esa acción y publicó titulares en donde se mofaban de la sheriff Holley, lo cual aumentó la popularidad del ladrón. Sin embargo, el prófugo cometió el error de cruzar la línea estatal divisoria de Indiana-Illinois en el vehículo robado, violando así una ley federal e involucrando al FBI en su captura.
Ya en Chicago, Dillinger se reunió con su novia, Evelyn Frechette y luego se asoció con Homer Van Meter, Lester Joseph Gillis (Baby Face Nelson), Eddie Green y Tommy Carrol, entre otros. Con esta segunda banda también logró realizar grandes robos de dinero a los bancos. El FBI siguió la pista de la banda y el 3 de abril, en un enfrentamiento fueron heridos Eddie Green y el mismo Dillinger. Este último logró escapar, pero Green murió ocho días después en un hospital.
Después Dillinger y su novia Evelyn se trasladaron a Mooresville, Indiana, donde permanecieron en la casa de su padre y de su hermanastro, hasta que sanara su herida. Luego Evelyn se dirigió a Chicago a visitar a un amigo y allí el FBI logró su arresto. Se la sentenció a una multa de 1.000 dólares y dos años en prisión.
Al poco tiempo, Dillinger se volvió a reunir con sus compañeros y se refugiaron en un pequeño lugar llamado Little Bohemia Lodge. La banda tenía vigilado todo lo que sucedía allí, pero aun así no pudieron evitar que alguien diera aviso al FBI, quienes llegaron al lugar y sin poder sorprender al grupo, se enfrentaron con ellos a balazos. Baby Face Nelson mató al agente W. Carter Baum y todos los miembros de la banda huyeron en varias direcciones, despistando a los agentes.
Dillinger se aleja del crímen organizado
Para el verano de 1934, Dillinger volvió a Chicago bajo el nombre de Jimmy Lawrence. Consiguió un empleo y encontró una nueva novia, llamada Polly Hamilton, que no tenía conocimiento de su verdadera identidad. En una gran metrópolis como Chicago, Dillinger pudo llevar una vida anónima por un tiempo.
El día de su muerte, Dillinger, que era el hombre más buscado en aquel entonces, acudió con Polly y su amiga Anna Sage , quien lo delató para evitar ser deportada, a ver la cinta “El enemigo público número uno” al cine Biograph de Lincoln Park, en Illinois.
Las órdenes de J. Edgar Hoover, al mando del BOI (predecesor del FBI) fueron claras: esperar a que el hampón saliese del cine y, en ese momento, disparar a matar. Fue acribillado a tiros por Melvin Purvis, agente del FBI, le hirieron de muerte por la espalda y una de las balas le atravesó un ojo, por lo que murió en el acto.
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