“In nomine Patris, et Filii, et Spiritus sancti. Amen. INTROIBO ad altare Dei. Ad Deum qui laetificat juventutem meam. JUDICA me, Deus, et discerne causam meam de gente non sancta: ab homine iniquo et doloso erue me.”
Estas palabras sonaron en un paraje rodeado de una inhóspita selva y unas lagunas infestadas de mosquitos, tal día como hoy hace 500 años en algún lugar cercano a la que la ciudad maya Potonchán, capital del reino de Tabscoob, en la margen izquierda del río que desde esos días bautizaron como Grijalva (frente al actual puerto de Frontera).
Las dos últimas semanas se habían producido distintos encuentros entre las beligerantes tribus Mayas-Chontales pero no pasaban de escaramuzas de pequeña importancia a excepción de la toma de Potonchán, la primera ciudad capturada en territorio continental de lo que ahora es México.
Tras la toma de la ciudad y ante la preocupación de Hernán Cortés de un contraataque, decide mandar dos grupos de exploración de 100 hombre cada uno capitaneados por Pedro de Alvarado y Francisco de Lugo. Este último se encontró con una nutrida escuadra de indígenas que empezó acechar a la escasa avanzadilla de Francisco de Lugo.
Al escuchar los disparos y tambores, Alvarado fue en ayuda de Lugo. Este movimiento terminó por poner a la fuga al grueso de la formación chontal, que más tarde se reagrupó y sumo efectivos que según las crónicas llego a un número de 40.000 indígenas.
Este numeroso ejército, acosó a la escuadra de apenas 200 hombres que fue desplazándose hacia la desembocadura del rio Grijalva. Cuando todo hacía presagiar un encarnizado y desigual combate, el resto de las tropas comandadas por el propio Cortés acudió a la ayuda de las cercadas tropas.
Las descargas de las armas de fuego y la aparición de los jinetes sobre sus monturas, causó pavor en los indios, los cuales pensaron que era un solo ser lo cual facilitó la victoria de las huestes castellanas y la disolución del ejercito maya.
Esta sería la primera batalla de importancia en la conquista de este nuevo territorio, conocida como la batalla de Centla, además cambió para siempre la historia de esta región. Tras la batalla, embajadores enviados por Taabscoob y como prenda por su derrota, entregaron joyas de oro, jade y turquesa, pieles de animales, animales domésticos, plumas de aves preciosas y 20 mujeres, entre las cuales venía Malitzin, que los españoles bautizaron como Marina y quien se convertiría en intérprete y consejera de Cortés.
Maliztin, que por origen hablaba el náhualt y tras ser entregada como tributo o vendida como esclava a corta edad, dominó el maya-yucateca. Esta incorporación a la expedición española, junto a Jerónimo de Aguilar, permitió iniciar labores de inteligencia y diplomacia necesarias en el camino a la capital azteca, Tenochtitlan.
Ese mismo día, el 25 de marzo de 1519, se fundó sobre el lugar de la batalla, la Villa de Santa María de la Victoria, hoy desaparecida, celebrándose la segunda misa en territorio continental de México oficiada por Fray Bartolomé de Olmedo y el capellán de la armada Juan Díaz.
Tras la batalla, Cortés decide hacer un cambio en su estrategia. Aprovecha el miedo inculcado en los combatientes indígenas y junto a grandes dosis de persuasión y diplomacia avanza por las distintas provincias de la zona, sumando apoyos y alianzas antes de embarcarse hacia Veracruz, que fueron imprescindibles en su camino al corazón del imperio azteca.
La historia se hace de esas pequeñas decisiones, un primer encuentro, esas casualidades que hacen que se conforme el rumbo de los acontecimientos. Visto con perspectiva, la batalla de Centla, de escasa importancia estratégica o militar, puso la primera piedra de la construcción de un nuevo mundo; una nueva estirpe unión de ambos mundos y que cambió la historia para siempre.
¿Te gusta la historia? ¿Quieres leer acerca de una de las épocas más importantes para la humanidad? Acércate a la historia de la conquista, lejos de la pasión o las manipulaciones históricas que de uno y otro lado se han dejando crecer. Te recomiendo seguir en twitter la cuenta de @NotiConquista Este proyecto está encabezado por el historiador Federico Navarrete, quien coordina a un grupo de académicos de la UNAM para contar paso a paso, tuit a tuit, el devenir de los acontecimientos según Cortés y sus hombres se fueron adentrado en las profundidades de Mesoamérica.
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