El Día Mundial del Hábitat pone el dedo en la llaga sobre todas las personas que no tienen un techo bajo el cual resguardarse durante la pandemia
Desde el punto de vista ecológico, el hábitat es el lugar de condiciones apropiadas para que viva un organismo, especie o comunidad animal o vegetal. Mientras que, desde el urbanismo, es el espacio construido en el que vive el hombre.
Se calcula en mil millones la población del mundo que se aloja en viviendas inadecuadas; de este universo, más de 100 millones carecen por completo de hogar.
En este contexto, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) designó el primer lunes de octubre de cada año como el Día Mundial del Hábitat. Esto, para reflexionar sobre el estado de los pueblos y ciudades, así como el derecho básico de todos a una vivienda adecuada.
Esto último, es justamente el tema de este año, enarbolando Vivienda para todos — Un mejor futuro urbano, al tratarse de una cuestión de vida o muerte. Cuestión que la pandemia por COVID-19 ha evidenciado, dado que una de las principales acciones para detener la propagación del virus es que las personas nos quedemos confinadas en casa.
Poniendo el dedo sobre la llaga de todos los que no tienen un techo bajo el cual resguardarse, la pandemia también nos ha recordado que el hogar es mucho más que un techo, siendo un espacio seguro que nos permita seguir trabajando o aprendiendo a distancia, con acceso a servicios básicos e infraestructura.
Habitando zonas marginales o asentamientos irregulares, la pandemia puede agravar los problemas de salud de la población vulnerable debido a la ausencia de servicios básicos, espacio para el aislamiento y la exposición a disturbios, violencia, inundaciones, incendios, contaminación.
Esto, porque las ciudades y comunidades son el lugar donde los humanos interactuamos social, cultural, política y económicamente, Sin embargo, el inusitado traslado de medio rural al urbano, afronta desafíos demográficos.
Si hoy en día la mitad de la población del mundo vive en ciudades, se prevé que en 2030 sea hasta 60 % la que resida en las metrópolis, especialmente en regiones de África, Asia y América Latina.
Ante este escenario, la ausencia de una adecuada planificación podría tener trágicas consecuencias; todavía peor de lo que ya vemos con viviendas apropiadas y la creación de zonas deprimidas y sin infraestructuras, que fomentan la pobreza, el desempleo, la delincuencia, la contaminación y los problemas de salud pública.
Por todo esto, el Día Mundial del Hábitat es una oportunidad para reflexionar sobre el estado actual de las ciudades y la vivienda en general, así como para la toma de acciones para hacer de las ciudades, comunidades más seguras y más habitables para todos.
IPR
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