Estos cambios no representan un riesgo para la salud, pues sólo hace falta que el cuerpo se acostumbre, es decir requiere un periodo de adaptación para volver a su ciclo regular
Este fin de semana entra en vigor el Horario de Invierno, que consiste en retrasar una hora el reloj, pues termina el Horario de Verano.
Aunque el cambio de horario es de sólo una hora, el cuerpo humano sufre algunas alteraciones por esta modificación. Especialistas de la Cínica del Sueño afirman que el efecto más inmediato es la alteración en la secreción de melatonina.
Esta hormona es la que regula los estados de vigilia y sueño y se rige de acuerdo a la función de la luz solar: a más luz se produce menos melatonina, por lo que la función de inducir el sueño que tiene esta hormona se produce de forma más tardía.
El reloj biológico interpreta este cambio de hora como si nos levantáramos una hora antes de lo habitual, rompiendo la rutina del sueño y en consecuencia el descanso no es el mismo. Este es un efecto similar al que se produce con el jet-lag cuando se viaja en avión a un país con un huso horario diferente.
Estos cambios no representan un riesgo para la salud, pues sólo hace falta que el cuerpo se acostumbre, es decir requiere un periodo de adaptación para volver a su ciclo regular, pues levantarse cuando aún es oscuro produce una sensación de mayor cansancio.
Si sientes que el cambio de horario te afecta demasiado, puedes modificar tu rutina de modo que el proceso de adaptación sea paulatino. Puedes retrasar la hora de acostarte 10 minutos y levantarte unos minutos después de lo habitual.
Tomar siestas a media tarde no es una buena medida, ya que si no lo acostumbras alterarás más tu reloj interno; en cambio puedes buscar realizar actividades con luz solar, situación que te mantendrá más activo.
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