Si Kafka estuviera vivo y radicara en México, seguramente, su pensamiento, sería costumbrista
¿Por qué digo esto, amable lector? Porque apenas, hace una semana, estábamos sumergidos en plena faena electoral, hartos de las pugnas entre los políticos y sus partidos, entre los diversos candidatos y sus eternas promesas, entre la postura del empresariado mexicano y las propuestas económicas de la mayoría de los postulantes. Llegó el día de las elecciones, los ciudadanos ejercimos el sufragio y para fortuna de muchos, sorpresa de otros, resultó electo por abrumadora mayoría, Andrés Manuel López Obrador. ¡La tercera, era la vencida! Pero nos guste o no, el hoy virtual presidente electo de México, habrá de transformarse en el presidente de todos, es decir, tanto de los mexicanos que decidieron darle el voto de confianza, como de quienes contra todo, intentaron disuadir la realidad de facto. Hoy, la ignorancia nos enfrenta de manera sustancial ante una permanente duda, ¿Obtendrá el pueblo de México lo que tanto anhela? Muchas veces, la realidad rebasa las promesas, y si este fuese el caso, la sinrazón, hará del ánimo popular una lluvia de frustraciones. Si verdaderamente este llegase a ser el panorama real, veremos nuevamente a un México dividido, violento, enardecido y desilusionado ante el golpe de gracia de quienes quieren ocultar la real campaña contra las promesas de gobierno.
Que no bajará la gasolina, que no echará abajo la reforma educativa, que el aeropuerto de Texcoco se va a considerar y concesionar a la iniciativa privada, que no se entiende la amnistía; pero siendo objetivos, la pregunta es, ¿qué sigue? ¿Darle el beneficio de la duda a la tan esperada cuarta transformación de México? ¿Desde la propia trinchera de los poco menos de 125 millones de mexicanos, buscar la reconciliación en beneficio de nuestro país? ¿Amortiguar la diferencia entre los distintos niveles de vida de los mexicanos? Finalmente este país nos pertenece a todos. Todos debemos respeto al único país que tenemos, en nosotros estará el promover el bien y el ayudarnos mutuamente, así que en lo que respecta al virtual presidente electo de México, les guste o no, no nos queda más, que otorgarle el beneficio de la duda.
Claudia Mollinedo
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