El huracán Harvey, el más poderoso en golpear Estados Unidos desde 2005, causó al menos dos muertos y varios heridos en Texas, donde podría seguir provocando inundaciones “extremadamente graves” a pesar de haber sido rebajado a tormenta tropical.
Harvey dejó a su paso carreteras sumergidas, casas sin tejado, carteles de señalización y líneas eléctricas arrancados…
Hobby International, uno de los dos aeropuertos de Houston, anunció que todos los vuelos fueron cancelados “a causa de la abundancia de agua en las pistas”, mientras que el George Bush International operaba en forma limitada.
Tras tocar tierra el viernes por la noche como huracán de categoría 4 -sobre una escala de 5-, el huracán fue degradado a tormenta tropical con vientos de hasta 110 km/h, según el Centro Nacional de Huracanes (NHC). Pero su lento avance, a unos 2 km/h, la convierte en un fenómeno muy peligroso, ya que las lluvias caerán sobre las mismas regiones durante cuatro o cinco días.
El gobernador tejano, Greg Abbott, aseguró que en algunas zonas cayeron 500 mm de agua. “Nuestra prioridad son las graves inundaciones” que se pueden registrar, explicó a la prensa. Por ahora varias localidades han sufrido “daños muy importantes”.
Muchos residentes de Texas, donde viven unos 25 millones de habitantes, se dirigieron a la ciudad de San Antonio, donde el departamento de bomberos habilitó albergues temporales.