Con la llegada de los españoles, Soconusco pasó a ser una zona de las más ricas de la Corona, próspera en fincas cafetaleras, producción de cacao y demás recursos naturales
La frontera de México con Guatemala vive uno de los movimientos migratorios más grandes y preocupantes del continente. Miles de centroamericanos buscan alcanzar el sueño americano cruzando una zona que en un tiempo hubiera sido el lugar ideal para establecerse.
Y es que quiero platicarles sobre un artículo que encontré de Alberto Nájar de la BBC en donde narra una de esas historias de nuestro país que quizá pocos conocen. Todo empieza en una región llamada Soconusco.
Resulta que este lugar que actualmente se encuentra al sureste de Chiapas y frontera con Guatemala, en 1519 formaba parte de Mesoamérica, en una extensa región que iba desde nuestro país a lo que hoy es Costa Rica. Ahí vivían Mayas y Olmecas e incluso pueblos mexicas y aztecas.
Con la llegada de los españoles, Soconusco pasó a ser parte de la Capitanía General de Guatemala y del Virreinato de la Nueva España. Una zona de las más ricas de la Corona, próspera en fincas cafetaleras, producción de cacao y demás recursos naturales.
Y justo en esa época un militar retirado allá por 1590 le pidió al rey Carlos V de España que lo dejara a cargo de Soconusco, como su gobernador. La petición fue negada y el militar recibió instrucciones de regresar a la madre patria, donde cansado de la milicia se dedicó a escribir.
Con el paso de los años se fueros los españoles y Soconusco por un tiempo ya no sabía si era de México o de Guatemala. Incluso se declaró parte de las provincias Unidas de Centroamérica, pero al final y con la intervención de las tropas mexicanas se incorporó a los estados de la Nación.
En un territorio tan alejado de la Capital que no se enteró de los conflictos con Francia, Estados Unidos o la Guerra de Reforma. Un paraíso para extranjeros que de Alemania, Arabia, Japón, China y Estados Unidos llegaron a criar ganado o explotar la zona aprovechando la mano de obra barata.
Incluso hasta fue campo de entrenamiento de simpatizantes del nazismo, por los alemanes que ahí se establecieron y que luego viajaron a Europa para pelear en la Segunda Guerra Mundial con Hitler. En fin, así algunos datos de la historia de este lugar que ahora sirve de paso y pocos se imaginan lo que esconden sus calles.
Ah! Por cierto, el militar al que le fue negado el territorio y que regreso a España a escribir, saco tiempo después una obra que quizá conozcan. Le puso El ingenioso Hidalgo, Don Quijote de la Mancha. Así es, ese militar era nada más y nada menos que Miguel de Cervantes Saavedra.
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