Hace un par de días publiqué en El Universal “Trump 2.0”, columna donde hablaba acerca de la necesidad de la presencia de Dios en la cultura estadounidense, a propósito de Trump como una figura sustancial de la política contemporánea de Estados Unidos. Comenté que la corrupción del neo humanismo, que ha dado paso a un socialismo desde las entrañas del capitalismo americano, alejó de la ética de Dios a esa cultura de identidad cristiana. No temo al equívoco y refrendo mi postura.
Ayer, el expresidente fue arrestado y fichado como un delincuente en el condado de Fulton, y fue remitido con el número de prisionero P01135809, de acuerdo con los archivos de la cárcel del condado. Trump es el primer presidente en la historia que tiene un registro criminal. Minutos más tarde, el expresidente quedó libre luego de pagar una fianza y, fuera de la prisión, declaró a los periodistas que: “este era un día muy triste para Estados Unidos”.
Previo a esto, el pasado 23 de agosto, Rudy Giuliani, quien fuera abogado personal de Donald Trump, se entregó ante las autoridades en Fulton. Las acusaciones en su contra son por ayudar a Trump a revertir la derrota electoral del 2020. También el 23 de agosto, se reunieron en debate los aspirantes republicanos que desean contender por la presidencia de Estados Unidos, entre los que estuvieron Mike Pence, Chris Christie, Ron DeSantis, Nikki Haley y la revelación de la noche Vivek Ramaswamy, entre otros.
El debate republicano se vio eclipsado por la participación de Donald Trump en el programa de la red social X [antes Twitter] del comentarista Tucker Carlson, donde el expresidente comentó que no participaba del encuentro porque: ¿qué sentido tiene “(…) sentarme una o dos horas, lo que sea que dure, para ser acosado por personas que ni siquiera deberían postularse a la Presidencia?”.
Luego de la detención y puesta en libertad de Trump, una gran masa de seguidores declararon, en redes sociales, que estas acciones en contra del expresidente no modificaban su sentir, votarían por Donald si le permiten llegar a las boletas electorales. Se viene una revolución interna en Estados Unidos donde la fe jugará un papel importante en el aparato de Estado. El lema “In God We Trust” necesita revalidarse en una cultura que rema contracorriente según los ideales sobre los que se construyó el país. La política de Estados Unidos es “trans”… como las ideologías de género que exudan excepciones que no derechos y que apoyan los demócratas. Leamos entre líneas.
Rudy Giuliani declaró, luego de ser liberado, que si esto que le ocurría a él por estar en contra del sistema, bien podríamos imaginar qué le pasará a cualquiera que cuestione cualquier resultado electoral, van por ustedes, comentó. Se asoma el fantasma de Joseph McCarthy en el siglo XXI, hay que leer de nuevo entre líneas. ¿Ahora quiénes serán lo delatores?
En Estados Unidos existe un gran número de ciudadanos y gobernantes que no desean participar del conflicto de Ucrania que, dicho sea de paso, no tiene nada que ver con Vietnam como dicen algunos despistados. Ucrania es un conflicto anónimo donde interesa la economía y no los nombres de los combatientes, de ahí lo irrelevante de la perdida de vidas. Son ucranianos y rusos, no estadounidenses llevados a la fuerza a una guerra a través de un draft. Sobre la guerra y su repulsión giró el debate republicano, hay demasiado dinero puesto donde no se debe.
Donald Trump, pues, puede ganar las elecciones; y de no participar de la contienda generará tal vez un rompimiento en el bipartidismo estadounidense, y se abrirá la posibilidad de un candidato independiente. Son más los que desean un país con tufo a los años 80 donde todo era maravilloso y ficticio, desde ese universo de la espectacularidad parte Trump. Los acercamientos que tuvo durante su mandato el expresidente con Rusia y Corea del Norte son las equivalencias del “We Are The World” y el Live Aid de 1985, la búsqueda de una paz mundial y grandilocuente. No obstante, la lectura del presidente ignorante amigo de los malos era más fácil.
Aclaro, no pienso que Donald Trump sea la mejor opción para gobernar, sí defiendo la idea de una necesaria “guerra” interna en Estados Unidos, el país necesita del caos hacia las entrañas del aparato de gobierno, un reset… no tienen figuras de respeto en la Casa Blanca y mientras debaten en el congreso estupideces políticamente correctas, sin hablar de las negociaciones oscuras, los drogadictos inundan las calles de las ciudades más importantes del país.
Pienso en el destino cultural, ya hubo un presidente negro [existía esa deuda racial], los hispanos aún no se organizan y los siguientes en la lista son los descendientes de orientales… pero mientras que los “otros” se organizan continuaremos atestiguando las excelentes estrategias de mercadotecnia política de Trump… la camiseta de su arresto cuesta 47 dólares.