Jaco Nel desarrolló un cuadro de septicemia cuando su perro le hizo un pequeño rasguño y luego lamió la herida…
Era un día cualquiera… El doctor Jaco Nel jugaba con su perro cuando de pronto notó un pequeño rasguño en su mano, del cual le salía un poco de sangre. Este momento cambió radicalmente su vida pues lo llevaría a perder sus dos piernas y parte de su rostro.
Este hombre, de 50 años de edad, confesó que vio de cerca a la muerte, pues nunca imaginó que una inocente lamida de su mascota le causaría tantos problemas.
Jaco Nel contó en una entrevista con la BBC, en 2018, que se encontraba con Harvey, su pequeño coker spaniel, cuando notó que tenía un rasguño en la mano, el cual le habría hecho su propio perro mientras ambos jugaban.
La herida, de la cual salía un poco de sangre, fue lamida por la mascota de Jaco. Posteriormente, el médico limpió y desinfectó el rasguño para seguir con sus quehaceres habituales.
“Habíamos estado jugando un poco duro y me cortó la mano. Era un corte diminuto. Lo limpié y me olvidé de él. Nunca tuve más problemas con ese corte ni nada”, indicó.
Dos semanas después, el médico se enfermó de lo que parecía ser una gripe, así que no le dio mayor importancia. Se sentía mareado y aturdido, por lo que tuvo que su pareja llamó a los servicios de emergencia y tuvo que ser trasladado a un hospital, donde fue diagnosticado con septicemia.
¿Qué fue lo que le pasó al doctor Jaco Nel?
Cuando la mascota de Jaco Nel lamió su herida en la mano, no imaginaba que una bacteria en la saliva del can, le causaría una infección que le desencadenó una septicemia, que es una sobrerreacción del sistema inmunológico ante una infección.
Nel fue ingresado al área de cuidados intensivos en el hospital, donde estuvo en coma por cuatro o cinco días. Cuando despertó entró en shock, pues tenía la cara, las manos y piernas de color negro, debido a los daños en los tejidos que le causó la coagulación anormal de la sangre, que es algo que pasa por el choque séptico.
Lo peor estaba por venir, pues a este hombre le fueron amputadas ambas piernas, por debajo de la rodilla, también perdió los dedos de una mano y la punta de la nariz. Además presentó fallas renales que lo llevaron a someterse a diálisis.
“Supe desde casi el principio que acabaría perdiendo las piernas y los dedos, pero no estaba seguro de lo que le pasaría a mi cara. Perdí la punta de la nariz y mis labios tienen cicatrices, me cuesta hablar y también tengo dificultades para comer”, dijo.
Después de todo, Nel tuvo que tomar otra difícil decisión: sacrificar a su mascota Harvey. Esto fue irremediable, pues se hizo para prevenir que pudiera dañar a otra persona, ya que el perro tenía una infección para la que no hay cura.
Ahora, Jaco Nel se dedica a hacer activismo a favor de los sobrevivientes de la sepsis.
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EDFM