Ernesto Alonso fue un innovador de la televisión que además de hacer llorar a millones, algunos de sus trabajos fueron lecciones de historia como Maximiliano y Carlota, El carruaje o Senda de gloria
Ernesto Ramírez Alonso, más conocido como Ernesto Alonso, nació el 28 de febrero de 1917 en Aguascalientes y murió un 7 de agosto pero de 2007, dejando tras de sí un invaluable legado como actor, director y productor tanto de cine como de televisión.
Reconocido por décadas como “El señor Telenovela”, fue de los personajes que desempeñó un papel clave dentro de la historia de la televisión mexicana desde mediados del siglo XX, particularmente en el ámbito de las telenovelas, llegando a producir 157.
El mexicano Ernesto Alonso, fallecido en la Ciudad de México a causa de una neumonía, dedicó 70 años de su vida a la actuación y producción en cine y televisión y dejó un legado de más de 60 películas, entre ellas varias colaboraciones con Luis Buñuel y más de 150 producciones en televisión.
Este mítico productor que murió a los 90 años por complicaciones de una neumonía, dominó el mercado del género melodramático desde la década del sesenta hasta entrado el siglo XXI.
Nacido el 28 de febrero de 1917 en el seno de una familia acomodada de la ciudad mexicana de Aguascalientes, al cumplir los 19 años sus padres lo incentivaron para que se instalara en el entonces Distrito Federal, hoy Ciudad de México.
Ernesto Alonso inició su carrera artística en 1937 como actor, pero fue hasta 1940 que adoptó el apellido de su madre por sugerencia del cineasta Julio Bracho, dando comienzo a una carrera que lo consagró como actor, director y productor de teatro, cine y televisión.
En ‘Los olvidados’ de 1950 puso su voz en la narración del comienzo. También actuó en ‘Abismos de pasión’ de 1954, película basada en la obra de Emily Bronte ‘Cumbres borrascosas’, y protagonizó ‘Ensayo de un crimen’ en 1955 junto a Miroslava, interpretando a Archibaldo de la Cruz, personaje que le otorgó reconocimiento internacional.
A mitad de la década del cincuenta, Alonso ya era un personaje reconocido en la bohemia de su país, tanto por su trayectoria en cine como por haber fundado la compañía Teatro de México y ser uno de los dueños de ‘El Quid’, bar legendario de la época por donde pasaron celebridades e intelectuales del momento. Pero, en 1959, en el momento cumbre de su carrera en cine, fue tentado a probar suerte como productor de televisión.
Gracias a su temple y actitud experimental, desarrollada en particular en teatro, rápidamente se posicionó como uno de los productores más creativos del medio, tomando las riendas del mercado de la telenovela, con un sello inconfundible en sus contenidos que abarcan desde los seriales históricos, hasta melodramas con protagónicos masculinos o historias en el género policial, el humor negro, el misterio y el terror.
Ernesto Alonso fue el primero en incluir partitura de música original en los melodramas y también grabó las primeras series televisivas a color, considerándose como un embajador cultural de México al elegir locaciones del interior del país. Además de abordar temas tabú para la época, como el divorcio, las cirugías o la locura.
Su extensa labor en la pequeña pantalla, en la que cosechó grandes éxitos con ‘El derecho de nacer’, ‘Corazón Salvaje I’, ‘Muchacha italiana viene a casarse’, ‘El maleficio’, ‘Bodas de Odio’, ‘Tú o nadie’, ‘La sonrisa del diablo’ o ‘Amarte es mi pecado’.
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