Los ingredientes que se usan en estos alimentos, si son consumidos en exceso, disminuyen la cantidad de espermatozoides
La comida rápida ha cautivado a todo el mundo, se consume a grandes cantidades pues representa ciertas ventajas, un menor precio, opción para las prisas, diversión para los niños, pero lo cierto es que mucha de ésta es en realidad chatarra, parte de la cultura moderna occidental.
Una dieta basada en este tipo de alimentos, que es rica en carnes procesadas y rojas, granos refinados, papas fritas y dulces, se asocia a una menor cifra de espermatozoides y a alteración general de la función testicular. Esto se dijo en una sesión presentada en el Congreso Anual de la European Society for Human Reproduction and Embryology, celebrado en Viena.
La sesión se basó en un estudio no publicado, realizado por investigadores estadounidenses, holandeses y daneses, que también encontraron que una dieta rica en pescado, pollo, vegetales, fruta y agua conlleva mejor función testicular.
En los últimos 50 años se han realizado numerosas investigaciones en torno a la disminución de los espermatozoides y han puesto a la alimentación y estilo de vida como posibles factores determinantes de la calidad del semen; estos hallazgos se suman a ellas.
“Las cifras de espermatozoides han estado disminuyendo en los países occidentales en las últimas décadas, y es crucial determinar los factores de riesgo implícitos. Una disminución de la calidad de la dieta ha coincidido con la reducción en la cifra de espermatozoides”, escribieron los autores en el resumen del estudio.
El estudio duró casi 9 años y se analizaron a más de 3 mil hombres daneses. Se registró dieta de los hombres, calidad del semen, concentraciones de hormona y estilos de vida durante un examen médico realizado antes del servicio militar obligatorio.
Después los potenciales reclutas se dividieron en cuatro grupos: el patrón “occidental”, que consiste principalmente en alimento chatarra y bocadillos; el patrón “prudente”, que consiste en pescado, pollo y producto fresco; el patrón escandinavo o Smørrebrød, caracterizado por carnes frías procesadas, granos enteros y productos lácteos; y el patrón “vegetariano.
De estos cuatro grupos, los hombres que se apegaban al patrón “prudente” por lo general tuvieron cifras de espermatozoides más altas, menores valores de estradiol (p = 0,001 para la tendencia) y mayores concentraciones de globulina fijadora de hormona sexual (p = 0,04 para la tendencia).
Los del patrón “occidental” tuvieron niveles más altos de inhibina-B (p = 0,006 para la tendencia) y concentraciones de testosterona libre más altas (p < 0,0001 para la tendencia).
Los autores señalaron que no se puede inferir nada más allá de una correlación con base en los resultados debido a las características del estudio. “Este fue un estudio transversal, lo que limita nuestra capacidad para determinar causalidad”, escribieron.
Una posible explicación de estos hallazgos es la fuerte correlación entre los altos valores de especies reactivas del oxígeno y los mayores grados de daño al ADN del espermatozoide, así como una disminución en la motilidad de los espermatozoides. Los antioxidantes y algunos nutrientes contenidos en alimentos sanos pueden regular estos niveles de especies reactivas del oxígeno.
Destaca de este estudio que es el primero de su clase en incluir un grupo tan numeroso de hombres sanos.
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