En Campeche, el diputado de Morena se comportó de manera violenta contra un grupo de ciudadanos que querían presentar una iniciativa para garantizar la libertad religiosa.
Cerca de 150 personas pertenecientes a grupos religiosos arribaron al palacio de sesiones legislativas para ingresar una iniciativa que garantice la libertad de creencias, además de otras exigencias que han tenido contra las medidas de separación de los gobiernos de Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
Durante la manifestación, el diputado morenista Héctor Malavé Gamboa le gritó a tres personas vestidas de monjes y les ordenó que se retirarán del lugar porque, presuntamente, eran enviados del obispo José Francisco González González.
La presencia de los integrantes de diversos gremios religiosos tuvo como objetivo comprometer a los diputados a leer la iniciativa y darle un posible cauce, pues con la puesta en marcha de la llamada Ley de Violencia Simbólica, aseguran que violentan sus derechos al libre culto religioso.
A su llegada al sitio, Héctor Malavé Gamboa acusó a los presentes de violentar la autonomía del Poder Legislativo y acusó a los presentes de ser enviados por el obispo de Campeche para alterar el orden en la sede legislativa, aún y cuando estos señalaron estar en la vía pública pues no los dejaron ingresar al palacio de sesiones.
Entre gritos, empujones, amenazas de demandas por parte del diputado, este les gritó: “les vamos a cerrar la puerta a la iglesia católica en el Poder Legislativo, solo vienen a crear caos, los manda el obispo de Campeche, solo eso saben hacer”. A la par, integrantes de la administración del Congreso del Estado intentaron calmar al diputado que fue grabado por medios de comunicación y los presentes.
Previamente, sostuvo una acalorada discusión con tres personas, aparentemente monjes de Uayamón, quienes estaban en el lugar y a quienes les gritaba que los diputados no iban a su sede a hacerles escándalos, razón por la cual les exigía que se fueran de ahí, ya que no tenían nada que hacer alterando la paz.
Entre los empujones y enfrentamiento del diputado con una señora de la tercera edad, el diputado terminó en el suelo aunque nadie lo empujó o jaló para perder el equilibrio.
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La sesión inició y el diputado continuaba fúrico, mientras amenazaba con el cierre de puertas a la iglesia católica. En el interior la mesa directiva, tras lo sucedido, decidió considerar la sesión en calidad de reservada para restringir el acceso a los grupos religiosos al interior del palacio de sesiones, y de paso a la prensa.
En ese momento, los respaldaron los diputados Teresa Farías González de Movimiento Ciudadano (MC) y Ricardo Medina Farfán del Partido Revolucionario Institucional (PRI), quienes señalaron que solo era necesario escucharlos, permitir el ingreso de la propuesta y si no querían que pasara, pues ellos lo podrían decidir como grupo parlamentario, en vez de llegar hasta esos actos violentos, que es como calificaron a la actitud de Malavé Gamboa.