Con un trabajo de investigación que duró poco más de un año se consiguió la detención de estos peligrosos extorsionadores, con sus líderes presos a la espera de ser sentenciados por extorsiones y por cinco homicidios
El caso de dos extorsionadores que llegaron en vuelo privado al aeropuerto de Toluca tras ser considerados durante algún tiempo en la lista de los más buscados en el Estado de México, es el caso la historia que esta semana nos trae nuestro compañero Carlos Jiménez en “Tras la pista”.
Se dedicaban a extorsionar a transportistas y operaban mediante el secuestro de las unidades de transporte público para después incendiarlas. ¡Choferes y usuarios apenas podían bajar de los camiones para ponerse a salvo!
Si los propietarios se negaban a pagar lo que estos sujetos llamaban una cuota semanal, las unidades quedaban calcinadas.
Así, en las instalaciones de la Fiscalía General de Justicia de la Estado de México (FGJEM) comenzó la investigación para desintegrar a este grupo de extorsionadores que ya llevaban más de un año operando en distintos municipios.
Los investigadores descubrieron que quemar camiones en realidad era la evolución en el nivel violencia al que había llegado este grupo.
“Empezó haciendo situaciones digamos típicas, pero después se fue tornando cada vez más violento. Empezó a golpear operadores, empezó a quemar unidades e inclusive se le relaciona con algunos homicidios tanto de algunos transportistas como de algunos grupos contrarios”, relata Iván Martínez Gutiérrez, Coordinador General de Policía de Investigación (PDI).
Por su parte, el Fiscal de Homicidios, Mario Guerrero explica que este grupo delincuencial “se caracterizó por su alto grado de violencia y saña hacia las víctimas ya que, a algunos de sus choferes aparte de privarlos de la vida, los calcinaba junto con sus unidades”, todo esto con la finalidad de intimidar a los propietarios o líderes de las empresas para cobrar una fuerte suma de las extorsiones.
Las indagatorias de este equipo permitieron poco a poco detener a distintos integrantes de la banda de mediano nivel. Capturas que permitieron a los investigadores descubrir un sujeto apodado “El Monterrey” era el líder de todos ellos.
Era un hombre de más de 40 años de edad aficionado al motociclismo. Y justo fue gracias a este hobby que las autoridades sabían que acostumbraba a participar en caravanas de motociclistas y viajar en su moto por distintos estados de la república.
“Solía reunirse en la ciudad de Toluca y partir de esta ciudad empezaban las rutas a distintos lugares en el mes de noviembre, ellos organizaron una ruta que iba a Puerto Peñasco, Sonora”, explica Martínez Gutiérrez.
Cuando descubrieron que planeaban este viaje, el equipo de investigadores se comunicó y se coordinó con las autoridades de aquel estado, para entonces planear el operativo de captura.
Mediante la instalación de un retén en la carretera, cerraron el paso y revisaron uno a uno a todos los motociclistas que iban en la caravana, para así dar con “el Monterrey”. Pero no sólo lo detuvieron a él, sino también a su segundo al mando, que lo acompañaba.
De esta forma, con un trabajo de investigación que duró poco más de un año se consiguió la detención de estos peligrosos criminales, desintegrando la banda y con sus líderes en un penal estatal a la espera de ser sentenciados por extorsiones y por cinco homicidios.
Tras la pista, se logró detener a dos de los extorsionadores más peligrosos en el Estado de México.
Con información de Carlos Jiménez
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