Un pantalón manchado con sangre fue la prueba que presentó el Ministerio Público para obtener una orden de aprehensión en contra de Celso Alejandro “N”, por su presunta participación en el homicidio del sacerdote Luis López Villa, de 73 años, cuyo cuerpo fue localizado el 5 de junio pasado en el interior de la casa parroquial anexa a la Iglesia San Isidro Labrador, ubicada en el municipio de La Paz. El imputado fue ingresado al Centro Preventivo y de Readaptación Social de Nezahualcóyotl.
El Ministerio Público de la FGJEM recabó los elementos de prueba necesarios para solicitar a la autoridad judicial una orden de aprehensión en contra del presunto homicida, misma que fue cumplimentada.
Una vez iniciadas las diligencias para esclarecer el homicidio del clérigo, esta Institución fijó una línea de investigación que marcaba como principal sospechoso a Celso Alejandro “N”, quien vivía en un inmueble contiguo a la casa parroquial y auxiliaba al ahora occiso con diversas encomiendas.
El avance en la investigación permitió establecer que el móvil del homicidio fue el robo de dinero en efectivo, producto de las limosnas que estaba en diversos botes plásticos en la habitación del párroco.
Según la investigación el presunto homicida utilizó una llave para ingresar a la casa parroquial, con el objetivo de sustraer el dinero en efectivo, sin embargo, presumiblemente la víctima lo sorprendió en el interior y por ello fue asesinado.
Una de las pruebas aportadas al juez por el Representante Social, fue un pantalón corto localizado mediante una diligencia de inspección, en el inmueble que habitaba el presunto agresor, mismo que tenía rastros de sangre, la cual, luego de que la Coordinación de Servicios Periciales de la FGJEM realizó las pruebas correspondientes de ADN, fue posible establecer que se correspondía a sangre del sacerdote asesinado.
La Fiscalía tiene indicios de que en al menos seis ocasiones anteriores le fue robado a la víctima dinero de las limosnas. En estos robos no habían sido forzadas las puertas de acceso a la casa parroquial; entre las pertenencias del presunto homicida fue encontrada una llave que abre las puertas del inmueble que habitaba la víctima y donde era guardado el dinero.