El lugar de donde reclutaban a los niños era Acaxochitlán, un pequeño municipio del estado de Hidalgo en donde la mayoría de la gente vive del campo o la venta de lana y algodón
Una historia de explotación laboral de niños detrás de unas carretillas llenas de dulces es el caso que esta semana nos comparte nuestro compañero Carlos Jiménez en “Tras la pista”.
Fue el personal de la Fiscalía para Trata de Personas en la Ciudad de México el que recibió una denuncia anónima sobre la explotación que sufrían una veintena de menores vendedores de dulces y botanas.
“Un matrimonio se trasladaba a diversos estados en los cuales les ofrecía a los niños trabajo. Les ofrecía 4 mil 500 pesos viniendo a trabajar a la Ciudad de México, nos relata Estela Díaz Castillo, titular de la Fiscalía Central de Investigación para la Atención del Delito de Trata de Personas de la Procuraduría General de Justicia de la CDMX.
El lugar de donde reclutaban a los menores era Acaxochitlán, un pequeño municipio del estado de Hidalgo en donde la mayoría de la gente vive del campo o la venta de lana y algodón.
Pero cuando llegaban a la ciudad, los tenían hacinados en cuartos, durmiendo en colchonetas en el piso, en medio de polvo y suciedad.
Desde aquí cargaban carretas de más de 50 kilos repletas de golosinas y botanas que encantarían a cualquier niño. Pero en este caso, debían recorrer las calles de la ciudad desde la 7:00 de la mañana hasta cerca de la media noche.
Pero eso no era todo. Les cobraban por alojamiento y comida, pese a mantenerlos viviendo en pésimas condiciones. Así, les quitaban hasta 70 % del dinero que les habían prometido.
“El pago que se les había prometido a los niños no se les daba, los niños recibían 100 pesos 200 pesos a la semana, todo lo demás se le entregaba a la señora”, explica la fiscal Estela Díaz Castillo.
De esta manera, el personal de la Fiscalía recabó datos para ubicar el lugar donde mantenían a los pequeños. Sabían de los maltratos, los abusos y así realizaron el operativo para rescatarlos.
Al llegar al domicilio, se encontraron con más de una veintena de carretillas cargadas con todo tipo de botanas, bolsas para prepararlas y todo lo necesario para su venta.
Pero en la recámara de quienes reclutaban a los niños encontraron un altar católico, una cama, fotografías y recuerdos.
Finalmente, un grupo de niños fue rescatado y sus captores actualmente se encuentran en un penal capitalino en espera de ser sentenciados.
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