Sin embargo, el Grupo Técnico Asesor en Evolución de los Virus, de la IOMS, convocó a la calma sobre esta subvariante
El Instituto Nacional de Medicina Genómina (Inmegen) detectó el primer caso de ‘Centauro’, del linaje de la variante ómicron de covid-19, denominada BA.2.75, en una mujer de 43 años, de la Ciudad de México.
La primera paciente es una mujer que acudió al laboratorio de Salud Digna el pasado 31 de agosto de 2022 y el 12 de septiembre, según publicó el Inmegen en la plataforma GISAID (Global Initiative on Sharing All Influenza Data).
La variante fue identificada en la India a principios de junio y se ha propagado a Australia, Alemania, Nueva Zelanda, Reino Unido, Bélgica, Croacia, Dinamarca, Italia, Grecia, Francia, Portugal, España, Suiza, Rusia, Israel, entre otros.
En el mundo, de acuerdo con el GISAID, hay 6 mil 823 casos con ese linaje BA.2.75, detectado el 15 de junio en la India, y de estos, 708 se ubican en el continente americano, siendo los más afectados Estados Unidos y Canadá, luego Martinica y ahora se incorpora México con un caso oficial.
El infectólogo Ricardo Teijeiro, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), indicó que la nueva subvariante de ómicron BA.2.75 (que surgió también de BA.2) como BA.4, BA.5 producen más contagios, especialmente entre pacientes con trastornos inmunológicos, además de que se replica más tiempo en un organismo propiciando nuevas mutaciones.
La comunidad científica alertó que BA.2.75 se podría expandir hasta cinco veces más rápido que sus predecesoras y que los primeros estudios genéticos apuntan a que Centauro acumula un abanico de mutaciones en la región de la espícula, también conocida como la llave de entrada que utiliza el virus para infectar las células humanas.
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“Un cambio en esta zona podría, teóricamente, provocar que el virus se volviera más escurridizo para el sistema inmune. Esto, a su vez, podría provocar que el virus volviera a infectar tanto a personas que ya han pasado la enfermedad como a vacunados”, señalaron
Sin embargo, el Grupo Técnico Asesor en Evolución de los Virus, de la Organización Mundial de la Salud, convocó a la calma sobre esta subvariante, apodada por los científicos como Centauro, pero que aún carece de un nombre oficial por parte de las autoridades sanitarias internacionales.
“Se trata de una subvariante que es muy diferente a las anteriores y que tiene propiedades suficientes para que la veamos con inquietud. Tenemos que esperar y ver, por supuesto, lo estamos monitoreando”, explicó Soumya Swaminathan, científica jefe de la OMS.
La subvariante BA.2.75 tiene, conforme con la comunidad científica, alrededor de 16 mutaciones detectadas en su genoma, ocho de ellas están en la proteína pico, cuatro en el dominio N-terminal y otras cuatro en el dominio de unión al receptor.
Las mutaciones distintivas que definen el linaje son las espigas K147E, W152R, G446S y R493Q. En tanto, G446S y R493Q pueden influir tanto en el escape inmunitario como en la unión a ACE2.
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CAB