
El Parlamento surcoreano tomó la decisión luego de que el mandatario violara la Constitución al movilizar al ejército y restringir derechos civiles.
El presidente de Corea del Sur fue destituido oficialmente por el Parlamento luego de que declarara la ley marcial en un intento por aferrarse al poder. La medida fue considerada una violación grave a la Constitución del país, ya que implicó la movilización del ejército y la suspensión de derechos fundamentales como la libertad de prensa y de reunión.
La decisión del Parlamento fue respaldada por una mayoría significativa, reflejando el descontento generalizado tanto entre legisladores como en la sociedad civil. Desde el anuncio de la ley marcial, miles de ciudadanos se manifestaron en las calles de Seúl y otras ciudades del país, exigiendo la renuncia inmediata del mandatario.
Según reportes, el presidente había justificado la imposición de la ley marcial como una medida necesaria para contener una supuesta amenaza interna, pero no presentó pruebas concretas. La comunidad internacional también expresó su preocupación ante la escalada autoritaria del gobierno surcoreano.
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Tras la destitución, el poder fue transferido temporalmente al primer ministro, quien asumirá la presidencia interina hasta que se convoquen nuevas elecciones. Las autoridades buscan garantizar una transición pacífica y evitar un mayor deterioro en la estabilidad del país.
Diversos sectores sociales y políticos han celebrado la decisión como una victoria para la democracia y el estado de derecho en Corea del Sur. Mientras tanto, se espera que el expresidente enfrente una investigación judicial por abuso de poder y violaciones a los derechos humanos.