Hoy, después de poco más de tres años de su hallazgo, la investigación sobre la identidad de Ángela arroja nuevos datos
Ángela fue el nombre que se le dio a “la niña de la maleta”, una menor que fue encontrada dentro de una valija en una jardinera en la calle Berlín de la colonia Juárez, en la Ciudad de México, a finales de marzo de 2015.
Tras el hallazgo, las fotos de su cara fueron ampliamente difundidas en los medios de comunicación del país con la intención de localizar a algún familiar y poderle entregar el cuerpo, sin embargo, eso nunca pasó.
El nombre de Ángela se lo pusieron los médicos forenses que guardaron su cuerpo. Ellos dieron a conocer que la menor había muerto por un golpe en la cabeza, además padecía desnutrición y había sido víctima de violencia sexual. Asimismo determinaron que tenía 18 meses de edad cuando falleció, pero su peso era inferior al normal.
En la maleta donde se la encontró había dos mudas de ropa de buena calidad, por lo que la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) consideró que no se trataba de una persona que viviera en la calle.
En una muñeca tenía una pulsera de hilo, era todo lo que se sabía de ella.
Cuando llegó a la morgue Édgar Elías Azar, presidente del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal (TSJDF) del que depende el servicio médico forense, ordenó que la pequeña permaneciera todo el tiempo necesario hasta ser identificada.
Fue un proceso excepcional, pues en la Ciudad de México los cadáveres que no son reclamados se envían a la fosa común en pocas semanas.
Pero el magistrado quiso darle la oportunidad de que sus padres o algún familiar la encontraran.
Luego de investigaciones y de enviar el perfil de ADN a todas las fiscalías y morgues del país, además de indagar en los expedientes de niños extraviados o que hubieran sido robados sin obtener respuesta, el Tribunal decidió sepultarla 13 meses después en el cementerio San Isidro donde el Tribunal compró un espacio para ella.
Los familiares
Hoy, después de poco más de tres años de su hallazgo, la investigación sobre la identidad de Ángela arroja nuevos datos.
Se sabe que podría llamarse Kimberly Alizee Torres Rodríguez. Kimberly Alizee Nació en Irapuato, Guanajuato el 6 de noviembre de 2011 y vivía con sus padres Ana Lidia Rodríguez Vázquez y Luis Roberto Torres Romero, quienes fueron localizados sin vida en el interior de un vehículo abandonado en el Libramiento Sur de la carretera “La Súper”, que comunica el tramo de la salida Salamanca-Abasolo a la altura de la barda perimetral de la Central de Abasto de aquella entidad.
Ambos estaban maniatados en los asientos de atrás, cada uno con un disparo en la cabeza.
En el lugar del hallazgo, el Servicio Médico Forense no encontró casquillos percutidos. Los peritos examinaron los cadáveres y las huellas dactilares en el automóvil, incluso hicieron un examen de genética y lo archivaron en el expediente. Sin embargo, la autoridad nunca reportó a la familia de Ana Lidia si dentro del auto habían encontrado huellas de la pequeña Kimberly Alizee -desaparecida desde esa noche—, de entonces 3 años 4 meses, según su acta de nacimiento.
Ayer por la mañana, la señora Gudelia Vázquez ingresó al Instituto de Ciencias Penales desde Irapuato para confirmar o descartar que su nieta sea Ángela.
Cabe señalar que el Instituto de Ciencias Penales, trabaja en conjunto con CAPEA en el caso de Kimberly Alizee y Ángela.
La identificación se podrá realizar gracias a que el estudio de ADN de los padres de Kimberly, consta en un oficio de colaboración que fue enviado por la Procuraduría de Guanajuato a CAPEA. En menos de 48 horas estarán los resultados.
Expertos forenses han dicho que Ángela tenía 2 años 4 meses cuando fue encontrada y llegó al INCIFO. Kimberly tendría 3 años 2 meses al momento de su desaparición. En identificación de menores la edad es muy marcada. Es 1 año 2 meses.
Sin embargo, para la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México, ha sido imperante solicitar a través de un oficio a CAPEA que el INCIFO descarte o confirme si Kimberly Alizee Torres Rodríguez y Ángela es la misma persona.
Es preciso recordar que cuando la Procuraduría Capitalina atrajo el caso de Ángela, no difundió la fotografía real de la pequeña, sino un retrato digital que fue realizado por el programa CARAMEX, y que mexicaniza los rasgos de las personas, razón por la que los expertos del caso aseguran que nadie la reconoció y estuvo durante un año en una gaveta del INCIFO.
Con información de Excélsior
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