Jorge Andrés despidió amorosamente a su hija con una flor blanca y agua bendita, con la que frotó su pequeño ataúd blanco.
Con porras, llanto, música y aplausos de niños, familiares y amigos, fue despedida Mía Mayrin, la pequeña de tres años que quedó bajo pesadas rocas del cerro del Chiquihuite que cayeron sobre su casa, donde también estaba su mamá Paola y su hermanito Jorge, quienes aún no aparecen.
Cientos se trasladaron en columna hasta el panteón civil de la colonia Lázaro Cárdenas para despedir a la niña de tres años.
Junto a la tumba de Mía hay otras fosas, en espera de los restos de Jorgito Dilan, de cinco años, quien junto con su madre Paola, aún no han sido ubicados por rescatistas, que continúan trabajando en la zona del deslave de rocas que sepultó su casa en el Cerro del Chiquihuite.
La pequeña Mía Mayrin fue ubicada y rescatada la tarde-noche del 14 de septiembre, cuatro días después del derrumbe registrado el viernes 10 de septiembre a las 1:44 de la tarde.
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Hoy, decenas de niños con globos, cruces blancas, flores y juguetes, despiden junto con familiares y amigos a Mía. Jorge Andrés despidió amorosamente a su hija con una flor blanca y agua bendita, con la que frotó su pequeño ataúd blanco.
Los juguetes que acompañaron el velorio fueron retirados del ataúd al emprender el camino al cementerio .
Las abuelas de la niña también despidieron a su nieta y reiteraron “¡Los vamos a encontrar!” y llamaron a autoridades para que las labores de búsqueda no se detengan a fin de encontrar a Paola y a Jorgito Dilan.
Una columna de vecinos y familiares acompañó a Mia Mayrin al Panteón civil Lázaro Cárdenas, que alberga cerca de 5 mil cuerpos, muchos de ellos niños.
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CAB