“El parque seguirá manteniendo el nivel que la gente demanda, para lograr su objetivo de siempre: estar abierto al público”, subrayó el funcionario estatal
Luego de que circularan en redes sociales versiones periodísticas y denuncias de vecinos que señalaban que el Parque Bicentenario iba a ser concesionado para construir un complejo habitacional, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) declaró que la información es falsa.
A finales de julio, trascendió en medios de comunicación que vecinos de Azcapotzalco denunciaron el abandono de las áreas verdes del parque, y comenzaron a circular rumores que señalaban que en el lugar se pretenden construir departamentos de lujos, comercios, e incluso un parque de diversiones.
De acuerdo con un reportaje de un medio nacional, las 55 hectáreas que conforman el parque fueron entregadas desde marzo al Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales (INDAABIN), quien ha negado que sea el nuevo administrador del lugar.
Según dichas afirmaciones, la Semarnat había puesto a disposición de la Secretaría de la Función Pública el parque porque “ya no resultaba necesario para los fines inicialmente concebidos”.
No obstante, el mismo secretario de la Semarnat, Rafael Pacchiano, negó a través de sus redes sociales que el Bicentenario se haya concesionado.
“El parque seguirá manteniendo el nivel que la gente demanda, para lograr su objetivo de siempre: estar abierto al público”, subrayó el funcionario estatal.
Es totalmente falso que el #ParqueBicentenario se haya concesionado para construir viviendas de lujo y una zona comercial.
El parque seguirá manteniendo el nivel que la gente demanda, para lograr su objetivo de siempre: estar abierto al público.
— Rafael Pacchiano A. (@RafaelPacchiano) 10 de agosto de 2018
El Parque Bicentenario es el parque más grande de México, luego del bosque de Chapultepec; cuenta con 5 mil árboles, un lago, un auditorio al aire libre, una planta de tratamiento, cinco áreas de estacionamiento, cuatro jardines, tres invernaderos con bioclimas internos, y un orquidiario con trampas flotantes.
Fue construido en 2009 durante el sexenio de Felipe Calderón, y tuvo un costo de dos mil millones de pesos.
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