Nuestro compañero Carlos Jiménez nos presentó el caso de una banda de secuestradores que operaba desde el interior de un reclusorio.
Todo comenzó cuando los investigadores de la Fuerza Antisecuestros de la capital detectaron la misma voz negociando distintos rescates y se dieron cuenta de que el líder de la banda daba las instrucciones por teléfono porque era un reo preso en el penal de Santa Martha, desde donde coordinaba todo con su novia en la calle.
La mujer, desde fuera, hacía lo que éste le pedía, como rentar las casas de seguridad, comprar los vehículos para realizar los secuestros y generar las pruebas de vida.
Las investigaciones permitieron ubicar uno de los autos en los que se llevaban a sus víctimas, al seguir su ruta, descubrieron la casa de seguridad.
Un elemento de la Fuerza Antisecuestro se presentó ante el líder de la banda con la intención de aislarlo de la comunicación que tenía con gente fuera del penal. Mientras tanto, el grupo táctico realizó el operativo de rescate de manera exitosa encontrando a tres personas que permanecían cautivas, entre ellas, a un hombre de 70 años que estaba en el interior de un clóset.
El jefe de la banda fue aislado y enviado a un penal de máxima seguridad y sus cómplices están presos y sentenciados a más de 150 años de cárcel.