El crimen se atribuye a una secta religiosa que obligaba a familias enteras a participar en sus ritos. Uno de ellos era el abuelo de los menores asesinados.
El asesinato de al menos siete personas a manos de una secta religiosa, ha escandalizado a la comunidad panameña, luego de que este jueves fueran hallados los cuerpos de siete personas, seis menores de edad y una mujer embarazada, dentro de una fosa clandestina.
De acuerdo con las primeras investigaciones, el terrible descubrimiento se dion en una zona montañosa de la comarca indígena Ngäbe Buglé, a más de 200 killómetros del centro de Panamá.
El Ministerio Público informó que los fallecidos tenían entre uno y 17 años y que estaban junto al cuerpo de una mujer embarazada quien aparentemente era la madre de los menores.
Días antes del hallazgo, la policía arrestó a 10 personas y rescató a 14 indígenas de una iglesia donde se desarrollaban los ritos religiosos en los que llamaban a arrepentirse de sus pecados en nombre de la “Iglesia la nueva luz de Dios”, como se autodenomina la secta, para posteriormente azotarlos y asesinarlos.
Según las autoridades, los detenidos -que también son indígenas- serán llevados entre el viernes y el sábado ante un tribunal en la provincia de Bocas del Toro, donde se registraron los hechos.
El fiscal de Bocas del Toro, Rafael Baloyes, dijo a la prensa que los detenidos eran conocidos en la comunidad y que uno de ellos es el abuelo de los menores fallecidos.
Detalló que se percataron de lo que sucedía luego de recibir información de lugareños que habían sido maltratados por ese grupo que practicaba “otro tipo de creencias religiosas” y que llevaba en esos actos más de tres meses. Los indígenas de la zona son mayormente católicos.
Según Baloyes, la secta supuestamente obligaba a las familias enteras a participar en sus rituales.
“Había personas retenidas contra su voluntad… había una mujer desnuda. Y todos estos actos eran para quitarle la vida si ellos no se arrepentían de sus pecados”, declaró.
En el lugar también se encontraron un chivo muerto, objetos punzocortantes, un machete y trozos de madera con los que agredían a los indígenas retenidos.
A través de un comunicado, la llamada Iglesia del Dios Vivo Columna y Apoyo de la Verdad “La Luz del mundo” negó que esté vinculada con esos actos.
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NCV