Una nueva ley electoral aprobada en Georgia supondría una discriminación intencionada contra votantes negros, aseguró el Departamento de Justicia.
Este viernes el Departamento de Justicia de Estados Unidos anunció que demandará al estado de Georgia por su nueva ley electoral, aprobada con el apoyo de los republicanos, ya que asegura que supone una discriminación intencionada contra los votantes negros, por lo que sería inconstitucional.
La nueva legislación impone nuevos requisitos de identificación de votantes para las papeletas de voto ausente, limita el uso de urnas electorales y faculta a los funcionarios estatales para hacerse cargo de las juntas electorales locales, entre otros, en lo que el Departamento de Justicia considera un ejercicio de supresión de voto.
Merrick Garland, fiscal general de la nación dijo que “esta demanda es el primero de los muchos pasos que estamos dando para garantizar que todos los votantes registrados puedan emitir su voto”, y ha enfatizado que “el estado promulgó esas restricciones con el propósito de negar o restringir el derecho al voto por motivos de raza o color”.
Georgia fue uno de los estados más disputados en las pasadas elecciones, en los que acabó imponiéndose Joe Biden, el primer demócrata en hacerlo desde 1992. Para su aprobación, el Partido Republicano justificó que impulsaba esta reforma ya que era una medida necesaria para aumentar la confianza del público en el proceso electoral después de los comicios, en los que se levantaron sospechas infundadas de fraude, mientras que ha sido ampliamente criticada por los demócratas.
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