Según el Convenio Internacional para la Regulación de la Caza de Ballenas, los países pueden “matar, tomar y tratar ballenas para fines de investigación científica”.
Este miércoles un nuevo exceso de parte de barcos pesqueros japoneses se reveló a través de un informe enviado a la Comisión Ballenera Internacional (IWC, por sus siglas en inglés), el cual señaló que el país nipón mató en noviembre de 2017 a 122 ballenas minke preñadas.
Durante su última expedición de caza, el equipo de pescadores capturaron a 333 cetáceos rumbo a la Antártida como parte de sus “investigaciones de campo” en esa región, a pesar de un fallo de 2014 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) contra esas misiones.
En un plan de investigación publicado después del fallo de la ONU, Japón argumentó que era “científicamente imperativo” comprender el ecosistema de la Antártida mediante la recolección y análisis de animales. No obstante, el informe detalló que del total de ejemplares capturados 152 eran machos y 181 hembras, además precisó que 122 de éstas estaban preñadas.
Según el Artículo VIII del Convenio Internacional para la Regulación de la Caza de Ballenas, firmado en 1946, los países pueden “matar, tomar y tratar ballenas para fines de investigación científica”, y esta es la regla a la que Japón se apega para continuar sus expediciones de cacería.
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