El objetivo de la reunión en el Vaticano era pedir que la Iglesia Católica haga un fuerte llamamiento en contra de las leyes que criminalizan la homosexualidad
El Vaticano abrió sus puertas por primera vez a una delegación de personas LGTBI y representantes de asociaciones de defensa de los derechos de esta comunidad, un encuentro calificado como “histórico” y “un primer paso”.
“Esperábamos ser recibidos por el papa Francisco, pero hace unos días nos informaron de que la reunión sería con el secretario de Estado, cardenal Pietro Parolin”, dijo a la prensa tras el encuentro Helena Kennedy, directora del International Bar Association’s Human Rights Institute (IBAHRI).
El objetivo de la reunión solicitada era presentar al Vaticano los resultados preliminares de una investigación conducida en los países de la región del Caribe, en diez de los cuáles aún se criminaliza la homosexualidad, y pedir que la Iglesia Católica haga un fuerte llamamiento en contra de estas leyes.
“Vemos una clara relación entre la existencia de leyes que criminalizan la homosexualidad y las actitudes en la sociedad, por eso es muy importante que la Iglesia se pronuncie”, agregó.
We are proud to take part in this moment in history. This is the first time #LGBTI activists have met with the #Vatican. In a meeting with Cardinal Parolin, we called on Pope Francis (@Pontifex) to issue a statement condemning the criminal laws that persecute LGBTI people. pic.twitter.com/4fZEryJjtM
— Egale Canada (@egalecanada) 5 de abril de 2019
Leonardo Raznovich, investigador de la Universidad de Canterbury Christ Church en el Reino Unido, encargado de coordinar este estudio impulsado por el Instituto Inter-Americano de Derechos Humanos, explicó el impacto social que tienen las leyes para las personas de la comunidad de gays, lesbianas, transexuales y bisexuales.
“En los 10 países donde existen estas leyes, las personas son estigmatizadas por ser homosexuales o transexuales y ello genera violencia social, por ejemplo en Jamaica”, señaló.
Afirmó que en muchos casos la Iglesia Católica “está exacerbando estas actitudes al equiparar homosexualidad y pederastia”, provocando violaciones de los derechos humanos.
Today we attended an historic meeting in #Vatican with the Secretary of State of Holy See, Cardinal Pietro Parolin to discuss the state of #LGBTI decriminalization and violence around the world. pic.twitter.com/33QZEPzhR2
— Egale Canada (@egalecanada) 5 de abril de 2019
Para el argentino Pedro Paradiso, director ejecutivo de ILGA, la Asociación Internacional de Gays, Lesbianas, Bisexuales, Trans e Intersexuales, que agrupa a más de mil 500 ONGs de un centenar de países, ha sido “un momento histórico” y un “primer paso muy importante”.
“Todavía hay 70 países que criminalizan la homosexualidad, seis países que la castigan con la pena de muerte”, por ello considera que “un mensaje contundente de una de las religiones más importantes del mundo es muy importante para las próximas generaciones”.
Sobre la reacción del “número dos” del Vaticano, señaló que “nos ha escuchado en todo momento” y que el mensaje que subyacía era que se debe respetar la dignidad de todas las personas independientemente de su orientación sexual.
“En este sentido hay que trabajar y entender el contexto histórico de una institución que nos ha perseguido y condenado. Este nuevo paso va a abrir la puerta a una esperanza…Valoramos que nos haya recibido y lo agradecemos”, señaló.
A pesar de no haber sido recibidos por el papa, la delegación consideró que el encuentro fue propiciado por el propio Francisco.
Participando de primera e histórica audiencia con el Secretario de Estado del Vaticano solicitando una postura firme contra la violencia y criminalización de las personas #LGBTI en la región y el mundo como Director Ejecutivo de @ILGALAC en @ILGAWORLD y Secretario @CHAArgentina pic.twitter.com/Sd4ZIctdbR
— ?️?Pedro Paradiso Sottile?️? (@paradisosottile) 5 de abril de 2019
En el comunicado entregado a Parolin por la delegación se pide que la Iglesia Católica declare que la criminalización de las personas LGTB es “una manifestación del odio irracional por lo que es diferente” y una “afrenta intolerable a la dignidad humana”.
Solicitan que la Iglesia pida a todos los estados que protejan los derechos humanos de todas las personas, que se haga un llamamiento en ese sentido a los cristianos y se instruya a las conferencias episcopales a que trabajan a favor de la descriminalización de las relaciones sexuales consentidas entre adultos.
Finalmente, solicitan que la Iglesia declare ilegal “la aplicación de las llamadas terapias de conversión para curar” a los homosexuales.
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