Los cuentos de hadas forman parte tanto del folclor popular de distintos países, como del acervo cultural actual y la literatura universal. Sus adaptaciones han sido llevadas al cine y la danza
El 26 de febrero se celebra el Día de los Cuentos de Hadas, este día tiene su origen en la celebración estadounidense “Tell a Fairy Tale Day” (Día para contar cuentos de Hadas); para conmemorar esta tradición literaria se llevan a cabo veladas de lectura, estas pueden ser con cuenta cuentos o narradas por los padres a sus hijos.
No se conoce con exactitud el origen de este día, pero su labor es muy loable, en un mundo cada vez más absorto en la tecnología y con una vida siempre saturada, nos olvidamos de soñar y de recordar que dentro de la mente tenemos un arma muy poderosa: la imaginación, la cual busca estimular recordando estas narraciones.
Los cuentos de hadas son muy antiguos, algunos comenzaron como tradiciones orales que pasaron de generación en generación hasta que se plasmaron en papel.
¿Qué son los cuentos de hadas?
Narraciones ficticias que tienen como ingrediente principal la magia o algún evento fantástico, además incluyen algún personaje mitológico como hadas, brujas, sirenas, duendes, elfos, ogros, gigantes, troles, gnomos y animales parlantes; en los tiempos más recientes también se relacionan con princesas y éste es probablemente lo que más los identifica.
Lo cierto es que los cuentos de hadas no eran precisamente felices, ni para niños, las versiones originales de los clásicos son cruentas, quizá más apegadas a la realidad y los difíciles momentos que se vivían.
Típicamente, los cuentos de hadas ofrecen esperanza de liberarse de la pobreza, el maltrato y la subordinación.
Otra característica de los cuentos de hadas es el inicio de éste: “Érase una vez” o “Había una vez”y el final del mismo “Y vivieron felices por siempre”. Esta característica comienza cuando se comienzan a dirigir al público infantil.
Los agentes que traen milagros de esperanza en las historias varían de lugar a lugar, ya que surgen de sistemas de creencias locales que pertenecen a la tradición.
Pero aunque los relatos evocan todo tipo de violencia, injusticia y desgracia persiste la promesa de un final feliz.
Otra cosa muy importante que se debe tener en cuenta es que haya o no un hada en la narración, este se denomina cuento de hadas si cumple con algunos de los rasgos anteriores.
La primera persona en acuñar el termino “cuento de hadas” fue Marie-Catherine le Jumelle de Barneville, baronesa d´Aulnoy, quien realizaba salones literarios en los que se reunían los nobles y disfrutaban de conversaciones intelectuales sobre literatura.
Otro término alternativo para “cuento de hadas” es “cuento maravilloso”, del alemán Wundermärchen. Esta expresión atrapa una cualidad del género más elocuentemente que “cuento de hadas” o “cuento popular”.
Los cuentos de hadas han maravillado tanto a las diferentes generaciones que el arte los ha adoptado en sus diferentes formas, desde ballets, cine, pinturas, etc. Disney ha sido la empresa creadora de películas basadas en cuentos de hadas.
Los mejores cuentos de hadas y sus autores
La Cenicienta. Hermanos Grimm
La Cenicienta vivía con su madrastra y sus hermanastras, quienes la maltrataban y humillaban permanentemente. Se celebraba un baile en el castillo del rey y todos estaban invitados, peor a Cenicienta no le permitían asistir. Por ello Cenicienta se queda sola limpiando en la casa, cuando de pronto aparece una Hada Madrina que con su varita mágica la viste y le da una carroza para que pueda ir al baile. Pero le advierte que el hechizo se rompe a las 12 en punto. Cenicienta va al baile y logra capturar la atención del Príncipe que se enamora de ella. Al hacerse las 12 Cenicienta sale corriendo antes de que el hechizo se rompa y en el camino pierde un zapato. Al otro día el Príncipe sale a recorrer todas las casas de las doncellas para ver a cuál de todas le calza ese zapatito. Las hermanastras de Cenicienta en su afán de desposarse con el príncipe se mutilan parte del pie para lograr calzarse el zapato, ni así lo consiguen, sólo Cenicienta lo logra y se casa con el príncipe para vivir felices por siempre.
Caperucita Roja. Charles Perrault
Si bien es un cuento de tradición oral, Perrault fue el primero en acuñarlo, él no le da un final feliz -como después lo hicieron los hermanos Grimm, sin embargo omite detalles por demás cruentos de la tradición oral.
Caperucita era una niña que quería mucho a su abuelita, y un día su madre le dio una cesta llena de comida para que llevara la merienda a la abuelita , que vivía en una casa en el bosque, porque estaba enferma.
El Lobo Feroz retó a Caperucita a correr una carrera hacia la anciana. Le dijo que había dos caminos, uno largo y uno corto. Le dijo a Caperucita que ella tomara el corto y que él tomaría el largo, pero el muy astuto le enseñó los caminos al revés y Caperucita, sin saberlo, tomó el camino largo. El Lobo, llegó antes a la casa, se hizo pasar por Caperucita y ante la puerta pregunto si podía pasar. La abuela le dijo que pasara, que la puerta estaba abierta, el Lobo Feroz entró y se comió a la abuela de un sólo bocado, se puso la ropa para hacerse pasar por ella y se metió en la cama para esperar a Caperucita.
Una vez que Caperucita llegó a la casa, empezó a hablar con quien creía que era la abuelita (que en realidad era el lobo)
C – ¡Qué ojos más grandes tienes!
L – ¡Para verte mejor!
C – ¡Qué orejas más grandes tienes!
L – ¡Para oírte mejor!
C – ¡Qué manos más grandes tienes!
L – ¡Para abrazarte mejor!
C – ¡Qué nariz más grande tienes!
L – ¡Para olerte mejor!
C – ¡Y qué dientes más grandes tienes!.
L – ¡Para comerte mejor!
El patito feo. Hans Christian Andersen
La vida del patito empieza cuando un huevo de cisne llegó al nido de una pata que vivía en una granja del campo. Al nacer, resultó ser un patito muy feo; desproporcionado en tamaño con respecto a sus agraciados hermanitos, con un graznido muy fuerte, estridente y molesto. Era el hazmerreír de los otros animales que ahí vivían. El pobre patito no recibió más que picotazos, empujones y burlas. Incluso sus seis hermanos le maltrataban a veces diciéndole «¡Ojalá te pille el gato, grandulón!» y hasta su madre deseaba que estuviese lejos del corral. Era la oveja negra de la familia.
Un día el patito huyó de allí. En sus aventuras ningún animal salvaje quería estar con él. Se vio envuelto en una cacería, estuvo varias semanas acogido en casa de una viejecita (con su gato y su gallina, que creían ser el centro del mundo) pero echaba de menos nadar y chapotear en el agua, así que se marchó. Una tarde de otoño pudo ver una bandada de grandes y hermosas aves que levantaron el vuelo. Eran cisnes, pero él no lo sabía. Se quedó impresionado y muy inquieto ya que sintió cosas que nunca había sentido. Pero entonces el crudo invierno llegó y el pobre patito lo pasó muy muy mal, tanto que casi muere congelado . Un campesino lo salvó de la muerte pero pronto tuvo que escapar también de su casa.
Finalmente llegó la primavera y ¡volvió a ver a tres bonitos cisnes!. El patito feo se acercó a ellos, seguro de que lo picotearían hasta la muerte. Pero éstos nadaron a su alrededor y lo acariciaron con sus picos. De pronto se miró en el agua y se dio cuenta que también él era un cisne. Después de tantos trabajos y desgracias ahora se sentía muy, pero muy feliz, «Jamás soñé que podría haber tanta felicidad, allá en los tiempos en que era sólo un patito feo». Cuando fue visto por su “madre” y sus “hermanos” junto con los otros animales de la granja, no salieron del asombro. De aquel horrible y feo patito, no quedaba nada. Era ahora un animal hermoso y elegante: un cisne.
El flautista de Hamelin. Hermanos Grimm
En 1284 la ciudad de Hamelín estaba infectada de ratas. Un buen día apareció un desconocido que ofreció sus servicios a los habitantes del pueblo. A cambio de una recompensa, él les libraría de todas las ratas, a lo que los aldeanos se comprometieron. Entonces el desconocido flautista empezó a tocar su flauta, y todas las ratas salieron de sus cubiles y agujeros y empezaron a caminar hacia donde la música sonaba. Una vez que todas las ratas estuvieron reunidas en torno al flautista, éste empezó a caminar y todas las ratas le siguieron al sonido de la música. El flautista se dirigió hacia el río Weser y las ratas, que iban tras él, perecieron ahogadas.
Cumplida su misión, el hombre volvió al pueblo a reclamar su recompensa, pero los aldeanos se negaron a pagarle. El cazador de ratas, muy enfadado, abandonaría el pueblo para volver poco después en busca de venganza.
Mientras los habitantes del pueblo estaban en la iglesia, el hombre volvió a tocar con la flauta su extraña música. Esta vez fueron los niños, ciento treinta niños y niñas, los que le siguieron al compás de la música, y abandonando el pueblo los llevó hasta una cueva. Nunca más se les volvió a ver. Según algunas versiones, algunos de los niños se quedan atrás, un niño cojo que no los pudo seguir por no poder caminar bien, uno sordo, que solo los siguió por curiosidad, y otro ciego, que no podía ver hacia donde los llevaban y se perdió, y estos les informan a los aldeanos.
En otras versiones, el flautista retorna a los niños una vez que los aldeanos le pagan lo que le prometieron, o en ocasiones hasta más.
La Bella durmiente. Perrault
Tras una larga esterilidad, un rey y una reina tienen una hija. Cuando la niña cumple un año de edad, invitan a un festejo en honor de la niña a siete hadas que, mediante encantamientos, le otorgan dones positivos. Pero entonces, irrumpe La Reina Malvada de un país vecino, a la que no pudieron invitar porque no había platos suficientes, y esta, ofendida, sentencia que el día que la princesa cumpla dieciocho años se pinchará un dedo con el huso de una rueca y morirá. No obstante, una de las hadas invitadas que todavía no había otorgado su don a la princesa, mitiga la maldición de La Malvada Reina de manera que, cuando la princesa cumpla dieciséis años, se pinchará el dedo con un huso pero, en vez de morir, dormirá un siglo.
El rey prohíbe todos los husos y ruecas de hilar en su reino, y los manda quemar todos en una gran hoguera, pero todo es en vano: años más tarde, al cumplir la edad indicada, la princesa, curioseando en una torre del castillo, encuentra una anciana que hila con un huso. La muchacha lo toma, se pincha el dedo y cae dormida. El sueño se expande a todos los habitantes del castillo, y este queda cubierto bajo una espesa vegetación.
Cien años después, un príncipe escucha la historia de la bella durmiente y se dirige al castillo con intención de despertarla. La vegetación le abre paso. Cuando llega al castillo, encuentra a la princesa dormida y queda cautivado por su belleza. Una vez casados los dos jóvenes, el príncipe vuelve a su reino. Allí no revela a sus padres lo sucedido con la princesa, pues teme que su madre, de quien se dice que es en parte ogresa, atente contra su esposa y los hijos que eventualmente tendrá con ella. Estos finalmente son dos: una niña a la que llaman Aurora, y un niño al que llaman Día.
Cuando el rey muere, el príncipe hereda la corona y trae al reino a su esposa e hijos. Allí son bien recibidos por todos, menos por la reina madre. Así, un día el rey debe ausentarse y su familia se queda en el palacio. Entonces, la reina madre ordena al cocinero matar a Aurora y cocinarla para comérsela. Pero el cocinero hace que su esposa oculte a la niña, y en vez de a Aurora cocina un cordero, que la reina madre come convencida de que es su propia nieta. Lo mismo se repite con el príncipe Día y con la reina consorte (quien antes fue la bella durmiente): todos se esconden de la ogresa en casa del cocinero. Sin embargo, la ogresa pasa cerca de la casa y oye la risa de los niños y, percatada del engaño, ordena disponer una gran olla y meter en ella serpientes, sapos y todo tipo de criaturas asquerosas y letales para meter allí a la reina, al cocinero, a su esposa y a los niños. Cuando se dispone a ejecutar esta sentencia, llega el rey y, al verlo, la ogresa se lanza a la olla y es devorada por todas las alimañas que hay dentro. Finalmente, el rey libera a su esposa e hijos y al cocinero y su mujer, condecora a estos últimos por proteger a su familia y todos viven felices para siempre.
La sirenita. Andersen
La sirenita vive en el fondo del mar, al cumplir 16 años va a la superficie, ve a un hombre en un barco y se enamora. Visita a la bruja del mar para hacerse humana, a cambio le da su voz, si no logra que el príncipe se enamore de ella morirá. Convertirse en humana es un suplicio, cada paso es como caminar sobre espadas.
El príncipe se casa con otra y las hermanas de la sirenita le consiguen una daga para que mate a su amado, ella no puede por el amor que le tiene.
Regresa al mar y se convierte en espuma, sin embargo no muere, se convierte en un espíritu que debe encontrar niños por 300 años para poder descansar.
Blancanieves. Hermanos Grimm
Blanca Nieves vivía junto a su madrastra malvada la que no podía soportar que ésta fuera más bella y por ello pide a un cazador que la lleve al bosque y la mate. Pero él no se anima a matarla y la anima a huir, allí ella conoce a los 7 enanitos del bosque. Al enterarse la malvada Reina que Blanca Nieves aún vive, decide ella misma disfrazarse de anciana y regalarle una manzana envenenada. Cuando Blanca Nieves la muerde de inmediato pierde el conocimiento, los enanos para que todos los animalitos del bosque puedan despedirse de ella, la colocan dentro de una caja de cristal. En ese momento aparece un príncipe en un caballo y la besa. Blanca Nieves recupera el conocimiento puesto que se rompe el hechizo de la malvada reina y ellos viven juntos y felices por siempre.
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