La víctima se desangró hasta morir por “múltiples traumatismos de fuerza aguda”, y su cuerpo fue mutilado, se lee en el informe del forense
Un hombre en Estados Unidos fue procesado por un nuevo delito de homicidio, luego de haber asesinado a su compañero de celda.
El homicida, identificado como Jaime Osuna, de 31 años de edad, se encontraba purgando cadena perpetua al igual que su compañero de celda, Luis Romero, de 44 años, quien estaba ingresado desde diciembre de 1992.
Romero fue condenado en el condado de Los Ángeles por asesinato en segundo grado con el uso de un arma de fuego.
Mientras que Osuna fue sentenciado a cadena perpetua tras declararse culpable de matar a Yvette Pena, de 37 años, en un motel de Bakersfield en 2011. En aquella ocasión el homicida, quien tiene tatuado en el rostro una sonrisa del ‘Joker’ declaró que “matar es mejor que las drogas o el sexo”.
Además admitió que tenía intenciones crueles desde niño. “Esta no fue la primera vez en mi vida que cometo estos actos atroces”, dijo a medios locales.
En este nuevo crimen, Osuna cortó varias partes del cuerpo de su compañero usando un objeto metálico afilado envuelto en una cuerda y atado a un mango, según informó el fiscal adjunto del condado de Kings, Phil Esbenshade.
El hecho ocurrió en la prisión estatal de Corcoran, condado de Kern en California, el pasado 9 de marzo, de acuerdo el Departamento de Correccionales de California (CDCR).
Aunque las autoridades no detallaron las condiciones del asalto o si la víctima estaba viva al ser desmembrado, el fiscal cree que la víctima estuvo consciente durante al menos una parte del tiempo en el que fue atacado.
“Este es el caso más espantoso que he visto en términos de atrocidad en el asesinato“, declaró.
Mientras el Departamento de Correccionales y Rehabilitación de California está realizando una investigación interna, Osuna se declaró inocente de asesinato y otros cargos imputados en su primera comparecencia.
Sin ambargo, bajo circunstancias especiales, los fiscales en el condado de Kings podrían buscar la pena de muerte alegando que el asesinato de Peña “fue especialmente atroz, atroz o cruel, manifestando una depravación excepcional“.
Romero se desangró hasta morir por “múltiples traumatismos de fuerza aguda”, y su cuerpo fue mutilado, se lee en el informe del forense.
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