Suu Kyi, que ya fue condenada durante los últimos meses a seis años de cárcel, aún hace frente a cargos por violar la Ley
Un tribunal de Myanmar condenó este miércoles a la líder depuesta del país, Aung San Suu Kyi, a cinco años de cárcel por cargos de corrupción, fallo que se suma a otras sentencias condenatorias contra ella tras su arresto durante el golpe de Estado militar de febrero de 2021.
La sentencia deriva de cargos contra ella por supuestamente aceptar sobornos por valor de 600 mil dólares en efectivo y barras de oro por parte de un ex ministro principal de Yangón, según las informaciones recogidas por el portal de noticias Mizzima.
Los abogados de Suu Kyi, que no recibieron permiso para estar presentes durante la vista, afirmaron el 18 de abril en su alegato final que la Fiscalía no había podido presentar pruebas que respaldaran sus acusaciones y pidieron la retirada de los cargos.
Tras ello, el subdirector de la organización Human Rights Watch (HRW) para Asia, Phil Robertson, indicó que “los días de Suu Kyi como una mujer libre han terminado” y denunció que “la junta de Myanmar y las parodias judiciales van de la mano para llevar a Suu Kyi a lo que podría ser el equivalente a una cadena perpetua, dada su avanzada edad”.
“Esta condena por cargos falsos de corrupción suma más años tras los barrotes. Tristemente, hay más por llegar en los próximos meses, con muchos juicios adicionales”, dijo en una serie de mensajes en Twitter. “Destruir la democracia popular en Myanmar significa también quitarse de encima a Suu Kyi y la junta no está dejando nada al azar”, concluyó.
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Suu Kyi, que ya fue condenada durante los últimos meses a seis años de cárcel por incitación, saltarse las restricciones contra la pandemia y violar una ley sobre telecomunicaciones, aún hace frente a cargos por violar la Ley de Secretos Oficiales, fraude electoral y corrupción.
El golpe fue perpetrado por el Ejército para anular los resultados de las elecciones generales de noviembre de 2020, en las que la Liga Nacional para la Democracia (LND) de Suu Kyi se hizo con la mayoría parlamentaria, argumentando que había habido fraude, una afirmación cuestionada por observadores internacionales.
Pese a ello, los parlamentarios de la Liga tomaron posesión posteriormente en una ceremonia informal y reeligieron a Suu Kyi para un segundo mandato. Suu Kyi permanece detenida, al igual que el presidente del país, Win Myint, en el marco de la asonada.
El golpe se vio seguido por una dura campaña de represión contra opositores, activistas y manifestantes que se ha saldado hasta la fecha con cerca de mil 800 muertos y más de 13 mil 300 detenidos, según datos publicados por la Asociación para la Asistencia de Presos Políticos (AAPP) a través de su cuenta en Twitter.
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CAB