El tribunal reconoció que nunca hubo un plan definitivamente urdido para ello, pero consideró un enorme arsenal encontrado en su vivienda
La Audiencia Nacional española condenó a siete años y medio de cárcel a Manuel Murillo, un vigilante de seguridad que en 2018 confesó en varias conversaciones de un grupo ultra de WhatsApp su intención de asesinar al presidente de España, Pedro Sánchez.
En el juicio celebrado en marzo, el acusado de 65 años explicó que tan sólo “fanfarroneó” con la posibilidad de matar al presidente socialista.
Se excusó en que es “un tirador mediocre” y que “un cóctel” de soledad, tranquilizantes, patriotismo, consumo desmedido de alcohol y problemas laborales y familiares le hizo sentirse como “un Rambo”, “un héroe para salvar España” y realizar afirmaciones como ésas en dicho chat, que funcionaba como una “válvula de escape” en su vida.
También intentó, según dijo, impresionar a una integrante de aquel grupo, una coordinadora local del partido de ultraderecha Vox Terrasa, que fue la que denunció esos mensajes.
El tribunal reconoció que nunca hubo un plan definitivamente urdido para ello, pero consideró que el enorme arsenal encontrado en su vivienda constata la “alta peligrosidad de la determinación adoptada por Manuel Murillo”.
Concretamente, la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional le impuso dos años y seis meses por el delito de homicidio en grado de proposición y cinco años de prisión por depósito de armas de guerra.
Asimismo, deberá pagar las costas procesales. Además, le condenó a ocho años de privación del derecho a la tenencia y porte de armas.
Esto, luego de que en su casa encontraran siete armas prohibidas y otras modificadas de forma casera. Entre ellas, un fusil militar, propio del Ejército de Tierra español. También, carabinas, escopetas, un puñal, una ballesta artesanal, munición y varias pistolas y rifles, así como ejemplares de colección y un petardo casero.
La fiscalía llegó a solicitar para Murillo un total de más de 18 años de prisión, aunque, durante el juicio, rebajó su solicitud a 13 años.
Dos forenses, ante el tribunal, manifestaron que el acusado nunca ha tenido una historia psiquiátrica ni alcoholismo diagnosticado, si bien, se trata de una persona impulsiva, con baja autoestima y con fantasías narcisistas compensatorias que busca afecto y que su motivación no era realmente la de llevar a cabo los hechos, sino la de lograr admiración.
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A partir de junio de 2018 el acusado publicó mensajes en los que mostraba su “absoluto desacuerdo” con la exhumación de los restos del dictador Francisco Franco, cuyos trámites habían sido iniciados entonces por el gobierno de España.
En aquel chat, Murillo también solía ensalzar el franquismo. Durante esos meses y hasta su detención, en septiembre de aquel año, expresó en distintos mensajes en ese foro o privadamente su intención de acabar con la vida del presidente Sánchez.
El acusado señaló el tribunal, “fue interiorizando que la solución para producir un cambio en la situación política española pasaba por causar la muerte del presidente del gobierno, para lo que se empeñó en requerir ayuda para llevarlo a cabo”.
Precisamente en uno de estos mensajes sobre Pedro Sánchez, manifestó: “Ya me gustaría tenerlo un día en el punto de mira (…).
Si lo sacan (a Franco del Valle de los Caídos), me lo cargo; lo juro (…) Muerto el perro, se acabó la rabia (…). Urge más el meterle un cartucho del 12 a Pedrito y dejarle el cuerpo como un caminito chispeado”.
Entre otras cosas, también instó a un alzamiento nacional, a dar un golpe de Estado y que un comando armado asaltara el Palacio de la Moncloa, residencia del presidente del gobierno español, si se producía la exhumación de los restos del dictador.
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CAB